Por defectos de celo
Después de los
escándalos provocados por los contratos menores en el Ayuntamiento de Málaga,
alguien dispuso escenificar una metodología de contratación que elevara el
listón en el cumplimiento de las normas. Lo venial se entramó con moralina de
mortal para aparentar más garantías, e incluso poner brida a los desafueros.
Pero parece, como he
leído, que al elevar el listón la
concejala doña Teresa Porras ha sido tan
lista que ha pasado el registro sin tocar
larguero, es decir por lo bajini.
Así que el exceso de celo, que se preconizaba el equipo de gobierno popular, después
de la tormenta que dió lugar a la dimisión de uno de sus concejales, lo convierten
en un galimatías de efectos sonrojantes, y unos usos administrativos que ponen
en evidencia lo peor de lo menor, la mayor. Al menos de lo leído y no
contestado, se deduce un impreciso papeleo de adjudicaciones entre empresas del
mismo dueño que, con vocación super emprendedora las creaba; como declaró Roca
al juez, “yo constituía las sociedades para cuando se presentaba la ocasión”.
Como era previsible el
Alcalde ha salido en defensa de su concejala, y con la sapiencia de aquel que
lleva requetetrienios en la tarea pública, la que le faltó para abstenerse en
la recalificación de los terrenos que le concernían familiarmente, ha
sentenciado que no hay caso, porque era facultad de la concejala la
adjudicación directa de los servicios en cuestión. Siguiendo con las
obviedades, el equipo de gobierno
municipal popular le ha denegado a la
oposición la propuesta a Pleno de crear
una comisión que aclarara los aparentes desaguisados en las adjudicaciones
denunciadas.
Periódico denunciador,
alcalde, concejala, populares y oposición municipal están enmadejados en el “affaire”.
Presumo que con tantos actores al final se sabrá la verdad, sobre la legalidad,
responsabilidad o no de la concejala y demás vericuetos del caso.
Pero, para mi sorpresa
y la de tantos, un grupo de vecinos y vecinas irrumpieron en el pleno municipal
disfrazados de enlutados dolientes, en
horario de funcionarios municipales, algunos al parecer los eran, defensores de doña Teresa mostrando su
solidaridad con la concejala por los furibundos ataques que venía recibiendo. Ni
que decir tiene que la pantomima estaba preparada por los entornos de la
concejala, y que algunos concejales populares lucían lazo para la ocasión.
En nuestros años de
gobierno municipal socialista en la ciudad de Málaga, he vivido situaciones muy
singulares del público asistente a los plenos, algunas tocando lo más grotesco.
Lógicamente la mayoría eran manifestaciones contra algunas de las medidas que
se iban a aprobar, rara vez, salvo el primer día de constitución del
ayuntamiento democrático hemos sentido el calor de los propios: nos hubiera
dado vergüenza provocarlo.
Este juego bochornoso,
del que se saben responsables algunos miembros del partido popular, trabucando
gobierno y protesta, ciudadano y funcionario afecto, carnaval y cuaresma, más
que defensa ingeniosa, se ha constituido en ofensa bochornosa a los valores de
la democracia municipal. Pena que ya es
tarde, podían haber presentado estas imágenes en el video que se elaboró para
conseguir la candidatura de Málaga como ciudad europea de la cultura en 2016,
surrealismo barato aporta ¿Podrá el alcalde poner orden en su grupo en el tramo
final?
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