lunes, 28 de septiembre de 2020

DESDE MADRID AL CIELO

 

Desde Madrid al Cielo

Si Madrid fuera Wuhan, amén de confinados, los camaradas Ayuso, Aguado y tantos más, estarían encerrados en la estación depuradora del Canal de Isabel II, con el Libro Rojo de las nuevas generaciones Xi Pillín adaptado el pensamiento de Mao a Milton Friedman como lectura testicular. A la vieja frase –desde Madrid al cielo-, con un poquito de mayúscula Cielo, la cosa ha quedado de lo más propia y devota. Según los expertos, si en esto hay, la segunda ola les ha empapado durmiendo los badanas en el rebalaje, sin la tabla de windsurfing a mano y, al ser más chulo que un ocho, le están quintando la primacía a los puigdemones en el choteo nacional.

Al poquito de empezar don Covid-19, de boca en boca, los chinos estaban más mal visto  que Fumanchu, a tal punto que el embajador chino debutó en prime time nuestros informativos, para leerles las cuarenta a los españolitos que usaban el tira-chinos, y en la Moncloa se corrió para que el presidente departiera y estrechara lazos con los representantes de la comunidad China en España, le faltó al besamanos empeñar el nombre del Palacio de Oriente por diez años igualito que el Wanda Metropolitano.

Cuando la verdad es difícilmente alcanzable, los gobernantes desajustados, las conspiraciones y, con ellas el aroma del “agua de calumnia” se expande; pero siempre el destino real se impone y, sin otro aparato que la lealtad al ser humano, los locales nos debemos de preguntar: si tendremos presupuesto en orden y circunstancia; si los fondos europeos llegarán a su debido tiempo y, si los sabremos gastar, no al estilo del Gran Capitán y los bigotes; si llegaremos al Pacto de Toledo antes de al traje de madera y, si quedarán migajas a repartir entre los abueletes; si la ministra del ramo y, el ramillete de ministros harán los ajustes laborales que no disguste a nuestros socios comunitarios tan frugales.

Mientras los europeos nos reponemos de acuerdo, el gran Xi ha convocado su comité central, para pegar otro salto adelante de su economía con su circulación dual, de esta partida sin derechos humanos, no sabemos cómo el resto del mundo vamos a pagar la nómina de su éxodo rural (doscientos millones y gran pico de personas) a las ciudades, y de que se nos vestirá el dragón para bailar en la guerra comercial que se avecina.

Nosotros a lo nuestro, chotis y sardanas, en el sur vamos por peteneras que para los tiempos de mal agüero van que ni pintás y, a mirar al cielo para que llueva ya que los hoteles son conventos de clausura.

Curro Flores

 

 

 

viernes, 25 de septiembre de 2020

La Clásica de la crisis

 

La Clásica de las crisis

Cinco páginas de las pocas de una revista de cultura, se dedicaban a analizar la amplia programación las orquestas españolas, excepción de la de Málaga, problemas de gestión de mi tierra. En la misma revista Miguel Colón, concertino de la Nacional, y el compositor Tomás Marcos, en sendos artículos mostraban su visión de la vida de los conciertos sinfónico, en y pos pandemia, opiniones revitalizantes para la música y las orquestas. Es una pena que las crisis tengan una cantinela clásica poner en cuestión los bienes culturales, y tengan unos valedores dando cornás a diestro y siniestro, porque lo suyo es recrearse en la ignorancia, para cuestionar orquestas, museos, libros, eso sí, salvan una banda acompañando una faena o una procesión, cosas de don Guido.

Muchos utilizan la dicotomía elitismo y popular, para escaparse del mundo de la música clásica, lástima que no cundan los maestros Abreu por todas partes, quién puso atriles a los niños y jóvenes de más modesta procedencia en Venezuela, creando un fulgor de la música clásica, miles de músicos, y una figura como el director Gustavo Dudamel con el que participo de que, -“la música es un derecho, no un privilegio elitista”. Pero hay una certidumbre, la música llamada clásica necesita de un apostolado de sus gestores y aficionados para acercar a todas las capas de la población al goce de un concierto en vivo.

Estos años el mundo orquestal ha crecido en España, con la suerte de haber contando en sus plantillas con excepcionales músicos, muchos de ellos educados en la órbita soviética que, buscaban salida ante el triste destino con el que se levantaban cada día en sus países de origen. Tampoco teníamos en España profesionales de la gestión de los conjuntos sinfónico, se improvisaron, pero muchos se perdieron en la burocracia, en el trasiego de la cursilería de los devotos y en ordenar la compleja vida laboral de directores y músicos, olvidando el principio fundamental de la difusión y acercamiento de la música a cada vecino  paganini.

Las orquestas no son cuestión, la cuestión es su política y los que la llevan. Me imagino que los padres que se afanan para que sus hijos tengan una buena formación musical, a los estudiantes esforzados, querrán verse y verlos de solistas, pero más comúnmente como músico de una agrupación musical de calidad y prestigio. Por eso es necesario invertir en este bien común,  velar y exigir porque nuestras enseñanzas musicales busquen la excelencia formativa.

La música no amansa a las fieras que no la escuchan, ni han conseguido que un imbécil como Maduro se lance contra Dudamel, ni pudo evitar a las bestias de Hitler y Stalin y sus atrocidades, pero la lira de Orfeo nos transmite la armonía que amansa nuestro sujeto anímico.

Curro Flores

 

martes, 22 de septiembre de 2020

LAS SEÑORAS CRISTIANA Y MESSI

 

LAS SEÑORAS CRISTIANA Y MESSI

El líder del PP, en su afán de poner de los suyos, eligió a dos suyas, para que se supiera dónde estaba el norte político. A la que denominó la Messi del arte de Cicerón, a los catalanes ni fu ni fa, y con su escañito de portavoz repartió esaboriciones a siniestro a cual más diestra. Destacaba en el arte de tirar de la partida, hasta que su vestuario eligió el murmullo en su contra ante sus singulares desplantes, doña Cayetana que entrenó Allá en un potrero de lujo, y que devoraba adversarios como una Hiena de Loewe, tuvo más estrategia que tacto en su táctica, pero lo que más dio la impresión sin leer el burofax de su destitución, es que se equivocó de equipo y Casado de referencia.

Con Cristiana de jefaza de la Comunidad de Madrid, de churros con chocolate, después de sus preces en la Almudena, don Pablo nos ha querido demostrar que con él y sus pactitos, cualquiera puede llegar a presidente de un gobierno, o, el Gobierno. De todos los años que me he dedicado a observar estos saberes públicos, me cuesta trabajo encontrar una persona más inepta para llevar la carga del “leal saber y entender”. Eso sí, dado que es de la misma escuela de Trump, todos menos su señoría, somos los culpables de todas las tragedias que se avivan en los madriles.

Ayer por fin su príncipe más odiado, cogió su carroza en la Moncloa para tratarla como una reina en su Palacio de la Puerta del Sol, -“¿qué se habría creído Sánchez? Una no está para videoconferencias con una magdalena”. Hoy ya es primera página el chotis que se bailaron en el cuarto de más banderas por centímetro cuadrado, para acordar que los propios se reúnan y coordinen, pero con mascarillas, para que no los reconozca el bichito.

El resto de los mortales que nos aburren sus broncas, hemos podido quedarnos como Don Tancredo en el centro del ruedo ibérico. Resulta que después de tanta cháchara de un tema tan serio, todo consiste en aumentar las chácharas de las respectivas cortes para bajar el nivel  de los insultos y el número de afectados por el virus. Llegué a pensar que después de tanto empeño descentralizador, había algún rincón en el estado idiota, o así tomado, que obligara a coordinarse a tirios y troyanos por decreto, por eso que pertenecen a la misma España.

De todas maneras mientras haya fuegos artificiales, nadie se previene del fuego real, y los medios de comunicación pueden llegar a ayudar, como la celebérrima enajenante, Ana Rosa Quintana, demostrando el estado de gravedad que vivimos, pasándonos en su programa una UCI china con los sanitarios con las caras tapadas, pero como es de rigor se le olvidó de tapar la bandera comunista en el fondo. Así que los españoles, tan idiotas, podemos pertenecer a cualquier tropa dirigida desde el césped. Y vuelva usted mañana que estamos reunidos por fin.

Curro Flores

 

 

viernes, 18 de septiembre de 2020

JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ Y SUS EXORCISTAS

JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ Y SUS EXORCISTAS

El exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha sido citado a declarar como imputado del caso Cocina, pero ahora que empieza su particular purgatorio, a algunos medios se les ha ido la olla, con informaciones sobre sus particulares creencias religiosas, a tal punto que más parece un sujeto pendiente de un juicio divino, a alguien que en sus deberes como ministro presuntamente transgredió impunemente nuestro marco legal.

Si el señor exministro tuvo su  epifanía particular, que lo llevó a afiliarse a la Secta del Opus Dei, y que entre el obispo de Hipona y monseñor Escrivá, debate sus afanes devotos del poder y nombramientos de carguitos, la cosa no nos debe trascender, salvo que de sus creencias se derivasen comportamientos que vulnerasen la ley.

Creía más serios algunos medios y periodistas, que han derivado al personaje de don Jorge a sus creencias más íntimas, por más que haya hecho pública ostentación de ellas. A mí, al menos, me interesaba el sumario dónde está inmerso, en el que se apunta a la flagrante comisión de uno o varios graves delitos de altos ex miembros del gobierno y del PP, la certeza de sus aseveraciones, la pena que les pudieran imponer si se demostrasen los hechos, y el recorrido judicial que se pudiera avecinar. En la garantía que podamos tener los españoles, sobre la capacidad de nuestro sistema de sancionar tan horripilante quebrantamiento de la legalidad por unos servidores públicos.

También me pudiera interesar una síntesis crítica y veraz, de las acciones del gobierno del exministro en sus competencias de Interior: garantizó más nuestra seguridad, protegió mejor el marco constitucional, consiguió éxitos tangibles en la lucha contra el narcotráfico, las mafias ilegales instaladas en España, lucha contra la violencia, mejoras en los cuerpos de la seguridad nacional, amén de caso Cocina y las intrigas de Villarejo más acólitos, ha servido para algo más que para sospecha y mofa la llamada policía patriótica. Quizás estas cosas bien analizadas, más la casuística que aportan, debieran ser más razonables al lector, que la letanía de su devocionario personal.

Pero siempre me queda la cuestión, ya que  don Jorge sentía que nuestra patria estaba siendo atacada por el diablo, entremetido en muchas manifestaciones que rompen nuestra armonía y devenir histórico, si debiera haber sacado a concurso un número de plazas de exorcistas, ahora que al Vaticano le importa Satanás un bledo y los ha mandado al paro.

Curro Flores

 

 

 

jueves, 17 de septiembre de 2020

ALERTA, CULTURA

 

ALERTA, CULTURA

Leía con atención el artículo de Rosa Montero en el que se preguntaba, por dónde andaba el ministro de Cultura; siempre que la leo, no dejo de acordarme de su padre Pascual, nos profesamos amistad desde el primer momento de conocernos, y,  guardo con cariño su tarjeta navideña, una vez que yo había dejado los avatares oficiales de la cultura, cuando en el declinar pace el olvido.

La escritora se plantea varias cuestiones, primero el desafecto y desprecio en España a la cultura; por ende compara nuestra acción ministerial con la impronta de su homóloga francesa de dotar con 2.000 millones de euros a los segmentos que abarcan la actividad cultura en su país; detalla el efecto económico fatídico sobre el sector y sus oficios en este oscuro periodo, y, los correveidiles de algunos periodistillas de que los actores de la cultura en España son cuatro famosos que viven del cuento a costa de las subvenciones. Termina recomendando al titular de cultura, José Manuel Rodríguez Uribes a que comparezca.

En España hasta el historiador, me permito la broma, Fernando García de Cortázar, escribió,  Breve Historia de la Cultura en España, y no es que no diera para más nuestro acervo histórico. Pero hay que mirar en los siglos XVIII y XIX, para entender ese españolismo de sabor inculto y populachero, por más que Joaquín Costa, quisiera poner, “despensa, escuela y doble llave al sepulcro del Cid”; aquí terminó la mísera  Falange, gritando- “viva la muerte, muera la inteligencia”.

Fueron los ayuntamientos democráticos de 1979, las primeras instituciones públicas que tomaron en serio la actividad cultural, y constituyó un alivio tener en 1982 de ministro de Cultura, a Javier Solana, quien lideró un cambio sustancial en el proceder del Estado, que como Octavio Paz recomendaba, “se debe hacer con neutralidad e imparcialidad, pero con un impulso para fomentar la creación, la interpretación, conservar el patrimonio del pasado, proteger las culturas populares….”. El problema fue que nuestro ministro se nos hizo el más descentralizador hacia las autonomías, y nos creó un magma de competencias e incompetencias, que se sufrieron indeciblemente en las corporaciones locales que marchábamos a todo gas; menos mal que no hizo igual como secretario de la OTAN, sino hasta Gila hubiera perdido el teléfono.

No solo los franceses nos llevan ventaja en la dedicación de las naciones a su cultura, amén que ellos no vivan la complejidad del mapa de España y sus singularidades lingüísticas y tradiciones.

Con todo el respeto a los titulares, desde Solana, que ahora clama desde el Prado que, - “el Estado debe implicarse más en la Cultura”, por más de que algunos gozaban de curriculum extraordinario, no he asistido a un despertar como el del 79 municipal y el 82 estatal.

Al actual ministro le ha pillado la pandemia, y poca pericia ante la  gran máquina seductora de sus organismos e instituciones, y en estas fechas. Alguien no le dijo que en leal saber y entender de la cultura pública, está en favorecer una oferta fuerte y acertada, para transmitir entusiasmo en la gente, que cada día debe acrecentar su número en la demanda.

Hoy salen a la calle a protestar los actores de la cultura  y el espectáculo, en “Alarma roja”  en muchas ciudades, esos que algunos llaman “vividores del cuento”, como generalización, quieren que se sepamos  su lamentabilísima situación, más quieren hacer saber que su actividad,  debe tomarse como una acción transversal que superen los exiguos medios  del ministerio de Cultura, porque nadie debe olvidar que tras la mayoría de la manifestación cultural hay una economía de recursos, no solo turísticos, que beneficia la prosperidad de nuestras arcas públicas y privadas.

Curro Flores