lunes, 26 de octubre de 2020

¡QUIERE DECIRLE AL LEÓN QUE SE VAYA DEL DESPACHO!

¡Quiere decirle al león que se vaya del despacho!

En los inicios de mi gestión municipal apareció una joven con atuendos veraniegos en la oficina de prensa del Ayuntamiento de Málaga, nos preguntó desde la puerta, que dónde recogíamos los leones, y antes de poder contestarle, el jefe de prensa se subió en la mesa de su despacho y airado gritaba para que la señorita diera orden de desalojo a su leoncito que correteaba de mesa en mesa.

En mis inicios de concejal tuve como una de mis responsabilidades el Parque de Protección Animal, eufemismo de la antigua “perrera”, cuidada y nueva instalación, construida tras la epidemia de rabia que padeció la ciudad en los últimos años del franquismo. En mi primera visita, entre jaulas de perros, me sorprendió el recinto hecho con hierros de obra y techado con cartones y piedras, en la que deglutía un hermoso león mellado, pronto supe que su mejor entretenimiento era jugar a los cromos con cualquier gato que deambulaba cerca de su chozao. Extrañado por la situación, el veterinario jefe, Sr. Sepulveda, me explicó que  en el parque se venían a recoger, todos los animales que estuvieran abandonados, así como los que teniendo propietarios, constituyeran un peligro para la población, y que los había en abundancia especialmente grandes felinos.

Un periodista amigo cundió la noticia del león, y pronto tuvimos una avalancha de peticiones y denuncias para que asilara el ayuntamiento más de una docena de leones y algún tigre que rugían a sus anchas al cuidado de sus desaprensivos poseedores, desde una terraza en la Palmillas, hasta un patio en la Colonia de Santa Inés, “Málaga la bombonera”, sonaba a la selva del Paraíso. Creo que todo empezó con aquellos fotógrafos turisteros, que con sus pequeñas fieras, aumentaban el incentivo del  “very show fandango”, cuando los hombros del fotógrafo no podían soportar su peso, allá que los apoltronaban en sus hogares a ver los seriales de Fauna, del profesor Rodríguez de la Fuente.

Traté de ofrecer los leones a zoos amigos, pero la demanda era escasa, y siempre me pidieron algo más exótico,   pensé no querrán concejales empaquetados, porque salvo un buitre cojo que hacía equilibrios,  para no estar boca abajo cada minuto,  un jabalí que cuando gruñía aspaventaba a los perros que se arracimaban en la otra punta como si fueran a rematar un saque de esquina, y un ciervo criminal en celos, poco más .

Tenía el parque una pastora alemana, capaz de mantener el orden en Alcatraz, nadie se resistía a sus ladridos de tarzana, con el tiempo supe que cuidaba a un ligre baby, que nació en cautividad de león y tigresa aburridos,  mi sustituta quiso convertir este acontecimiento en universal, pero resulta que ligres había por doquier.

A veces la gestión municipal pasa de selvática, a selva entre barrotes.

Curro Flores

 

 

 

 

 

 

SACRIFICARÁS LAS FIESTAS

 

SACRIFICARÁS LAS FIESTAS

La sindemia apenas dejó tiempo para mofarse de los blaugranas, y el compungido Salvador Illas tuvo que llevarse el botiquín al Consejo de Ministros celebrado este domingo de guardar, por si tuvieran que intervenir. Para los que no estamos en los oficios necesarios para la comunidad, resulta edificante ver como la crisis que vivimos no deja un minuto de relajación, ni para Sánchez recién bendecido por el obispo de Roma.

El resultado del Gabinete dominical, aunque esperable, me ha dejado helado, por el deseo del gobierno de alargar el estado de alarma hasta mayo, seis meses, más los detalles. Lidiar con lo más feo en la crisis que vivimos es una responsabilidad que se me hace difícil, pero de ahí a considerar necesario solicitar al Congreso un plazo de tiempo tan largo, para evitar los cabildeos parlamentarios de cada quince días de solicitud de prórroga, me parece un disparate.

Como llevo más de nueve quinquenios en la sacrosanta casa socialista fundada por Pablo Iglesias, me cuesta creer que se traten de rehuir los valores por los que me he considerado un infatigable militante, para mí la fe hacia el socialismo, va indisolublemente a los valores de la democracia y la libertad, lo contrario que vengan otros y lo compren.

La coctelera parlamentaria de nuestros apoyos y los adversos, ya han demostrado su capacidad de zigzaguear cada vez que  el Sánchez solicitaba una prorroga durante el confinamiento. Es difícil conseguir un buen combinado con tanta disparidad de licores, aunque el barman fuera el mejor y lo agitara con maestría. Pero aunque los gobernantes puedan estar con el alma en un vilo, trascienden por encima de todos los valores que los llevan a ocupar un sillón y una cartera, en la mismísima Moncloa.

Los españoles necesitamos saber, no solo los números de afectados diarios, ni las tarabitas de cada baronía discordante, sino la idoneidad y puesta al día de nuestros servicios sanitarios, empezando por la asistencia primaria, las medidas de urgencias frente a las colas de espera, los avances contra el virus, acopios de material sanitario, etc. También si las medidas de la clausura nocturna, son algo más que una pose, y sus resultados se pueden objetivar en el tiempo.

Hace unos días vivimos una innecesaria sesión de las Cortes, dónde cada cual lució pecho a su manera, sin más ventaja que la pérdida de un tiempo precioso, como siempre hubo lista de ganadores y sorpresas, pero visto lo visto, como “se hace camino al andar”, me gustaría seguir viendo a sus señorías, sin guionistas, dando la cara en las cosas que realmente nos afectan, cada quince días, aunque para el que gobierna sea peor que sacarse una muela. La incómoda democracia.

Curro Flores

 

 

martes, 20 de octubre de 2020

CONCEJAL DE HUMILLANTES

Concejal de Humillantes

En el primer gobierno municipal democrático de 1979, Pedro Aparicio, acababa de nombrarme edil de Servicios Sociales, Sanidad, Churriana, Participación Ciudadana y otras hierbas, a las que no se unieron las del Campo Santo, porque salí despavorido hacia el Parque, me explico, hube de pasar tantas tardes de los domingos junto a mi madre viuda en el patio del cementerio de San Miguel, cantando gol entre cruces que me negué a volver a los recuerdos de la orfandad en mi bautizo político.

A diez metros del Salón de Plenos, estaban mis nuevas dependencias con un cartel que lo decía todo, DEPARTAMENTO DE HUMILLANTES, por si algún plumilla local me lee, estaba en lo que sería después,  in secula seculorum, el gabinete  de comunicación y la sala de prensa del Ayuntamiento de Málaga. Humillantes tenía dos espacios pequeños con sus ventanillas para el público, y dos ventanales abiertos mirando a Puerta Oscura. La oficina dónde me debía ubicar estaba dotada con tres mesas metálicas, y se encontraba abarrotada por  una decena de funcionarios, nos presentamos y esas cosas, por los cargos de algunos de ellos y sus jefaturas sanitarias, me parecía que gobernaban un imperio, pero la realidad era tan vergonzosa como el cartel que me apremié a quitar. Por los administrativos de a pie que en realidad llevaban la oficina, allí se expedían únicamente los carnets de beneficencia o de pobres como guste en llamar, los ilustres jefes jamás habían ido a la oficina, salvo para estrenar el libro de registro en el que solo figuraba el escrito de mi nombramiento. El sueldo de ellos más su ausente plantilla de sanitarios se los llevaba un habilitado tan cómodamente.

Al día siguiente, pude apreciar la cola de modestas personas que aguardaban para solicitar la asistencia de los servicios municipales de salud, el jefe del servicio me puso sobre la mesa una montaña de solicitudes sin respuestas, advirtiéndome que muchas eran de madres solteras a desatender por costumbre, las prostitutas. Casualmente desde mi infancia, conocía a una clienta del taller de costura, Carmela, dueña de un burdel en el Muro de San Julián, socialista de corazón y tradición, hija del primer alcalde de Santa Fé, gitano, asesinado por los franquistas, colgado en el balcón de la alcaldía, ella y algunas trabajadoras sociales,  generosamente informaron las solicitudes, problema resuelto.

La ventanilla de al lado, era de la llamada Secretaría Especial, gestoría Dimar, Diego y Martín, como pícaramente la llamaban; generalmente muchos de los solicitantes del carnet de pobre eran analfabetos (37.000 habitantes de Málaga eran iletrados en aquella época), por cien pesetas en la ventanilla de al lado te arreglaban los papeles, que por las huellas de la máquina de escribir andaban con vaselina especial por la siniestra burocracia.

No pararía de contar historias y seguiré, pero lo dejo al imaginario de Francisco de la Torre, y otros ediles del franquismo, más los nostálgicos, que a cien metros de sus narices, no fueron capaces ni de conocer la magnitud de esa condenable barbaridad. Asco de pobreza.

Curro Flores

 

lunes, 19 de octubre de 2020

EL LIMONAR Y ALEDAÑOS, LOS MÁS RICOS DE ANDALUCÍA

El Limonar y aledaños, los más ricos de Andalucía

Los habitantes de Málaga no necesitan conocer el barómetro de la Agencia Tributaria Andaluza para saber que los más ricos del lugar viven en el Limonar y aledaños, más dos jabalíes en el confinamiento; recuerdo en los días terribles de las inundaciones que más que una vara de mando tuve un paraguas, que las primeras aguas cayeron del Guadalmedina “pallá” ,y al día siguiente, del río “palotrolao”, desbordando el arroyo Toquero a su paso por El Limonar, causando también abundantes estragos, pudiendo oírse a la malicia decir, -“los ricos también lloran”.

Tampoco invita a la curiosidad saber que el mayor porcentaje de votantes de VOX, viven en esa zona urbana, y que gracias a Francisco de la Torre, el PP no perdió la alcaldía, pero en las generales se alzaron con un diputado los “voxísticos”. Lo fastidioso para las izquierdas, es ver como en los barrios más populares de menor nivel de renta, la ultraderecha hace su agosto, a costa de tantas cosas que se saben y poco se remedian.

Por un hermoso libraco, “De La Caleta al Cielo”, de mi desaparecido amigo Tesifonte López, editado primorosamente, me pude adentrar en la fisonomía de la Caleta y El Limonar de los cincuenta, de aquella “Ciudad del Paraíso, con sus lujosas mansiones de las familias malagueñas más adineradas, imitando muchas veces al estilo de las casas de sus países de procedencia, nada más hay que ver la relación de apellido que frecuentaba en el vecindario el  Tesi niño, para encontrarse un López como rara avis.

Aquellas casas llenas de pudor por la más estricta moral  católica en materia de sexo, sus fachadas se erigían en la parte opuesta al mar, para evitar tentaciones,  no contento con eso, llenaron nuestras a arenosas playas de roca, por eso de que nadie se bañara, y sobretodo dejar al “diablo cojuelo”.

De aquella Málaga poco recatada en la  moral de la ostentación económica de sus viviendas, poco queda, una vez que muchos de aquellos jardines solariegos, han conseguido sus lamentables licencias urbanísticas, cosas del poder del linaje y, como La Malagueta más El Morlaco, el ladrillo se ha adueñado de todo el horizonte al norte que pueda ver la vecina del lugar, ya en la tumbona del chiringuito sobre la arena que, se recuperó para las playas gracias a un gobierno socialista.

Un día espero que la voracidad urbanística no plante las grúas en la arena de La Caleta. Paseaba con la hija de Alberto Jiménez Fraud, criada en la Institución Libre de Enseñanza y residente en Londres, por La Malagueta y, me preguntó “por quiénes habían  podido construir ese espanto”, y le dije a Natalia, uno tu sobrino y mi amigo Alfonso con quién nos vamos a encontrar ahora en el almuerzo.

Curro Flores

 

 

lunes, 12 de octubre de 2020

LOS LODOS CHILENOS Y CHINOS

 

Los lodos chilenos y chinos

Milton Friedman, Premio Nobel de Economía en 1976, se quejaba en un artículo que he alcanzado a leer de marzo de 1981, la crítica severa que recibió de parte de algunos intelectuales, muchos de ellos también premiados con el galardón sueco,  por haber ido a impartir unas conferencias en el Chile de Pinochet organizadas por una fundación privada. En cambio, escribía, no se vio atacado por su visita a la dictadura China, invitado a explicar al igual en Chile las vías para luchar contra la inflación galopante que sufrían ambos países, dentro de su marco teórico de su defensa al libre mercado, crítico con el intervencionismo keynesiano. Argüía que a las terribles dictaduras comunistas se les juzgaba, desde un falso intelectualismo, más por la bondad de sus propósitos, que por su siniestra realidad, y que era más fácil pasar desde el autoritarismo de derechas a una democracia, citaba: Portugal, Grecia y España, que desde los regímenes opresores marxistas leninistas, lo del Muro no lo esperaba.

Amén de la “sindemia”, el Chile gobernado por Sebastián Piñera, vive un auténtico estallido social,  está puesto en solfa por la realidad social, las   necesidades y desigualdades provocadas por el seguimiento al pie del litere de las teorías de aquellos jóvenes de la Universidad Católica, “los chicagos boys”, aquellos  apóstoles empapados y con poder, discípulos de Friedman. Uno de ellos Piñeras, José, disertaba sobre el cambio para mejor por el auge de la seguridad social privada y las jubilaciones, de la Constitución que elaboraron, cuestiones que constituyen hoy el motivo de las reprimidas asonadas populares y la fragilidad de su estructura social. En Chile, según José Piñera se inició en 1975 la Revolución global con su “boceto de mapa por la libertad”, ahora nadie en su sano juicio predicaría, salvo los piratas de siempre, el evangelio de las ruinas.

China con su rígido neocomunitarismo de casino, tomó debida nota de los tres viajes del gran timonel del mercado a la brava y, aunque a  míster Milton no le gustaba el control estatal de la economía, insufló sangre en el libro rojo para que del Dragón se engullera toda la cuota del mercado mundial que pudiera, ahí nuestro nuevo mundo de perpetua sospecha de la nueva Ruta de la Seda.

Coincidió en los años previos a nuestra Transición,  en la España del eterno pie cambiado, mientras se cantaba “A desalambrar” de Víctor Jara, por todos, más aquellos jóvenes del PTE y la ORT, clandestinos y perseguidos por el régimen franquista, partidos marxistas-leninistas pensamiento Mao Zedom, quienes  se la jugaron, para que luego sacaran provecho “los otros”, ahora multimillonarios de marcas, que vieron en la mano de obra barata del pueblo chino, como utilizarnos de maniquíes de ropa de usar y tirar, mientras engordaban su patrimonio, y ponían más escaparates que iglesias en los grandes centros urbanos e históricos del mundo. -¡Una de Friedman a la plancha!....

Curro Flores