El ábaco de las
primarias del PP
Los penaltis nos han
imposibilitado que nuestras tropas en Rusia captaran toda la atención
mediática, en cambio, nos han enfocado
las primerizas primarias del PP, interesantes por lo que eran, abochornantes
por lo que son como Partido, su número de militantes estaban tan inflado, de
sobra se reconocen de tanto verse los mismos. Algunas de sus sedes en
localidades importantes, casi y sin casi se podían contar sus votos con un
ábaco de los de billar francés, en otras sobraban los dedos de la mano. Cosa
ésta que desde mi visión de opositor, nada bueno trae, más bien pone al
descubierto un gran cúmulo de errores en nuestro afán de fortalecer las
organizaciones políticas, tras la salida de la inacabable Dictadura. También en
esto éramos noveles.
Tan poco estaba
preparado los del Partido Popular, en el arte de su nueva democracia, que
tardaron un siglo en contar los resultados, encima Luis de Grandes era el
speaker, un gran plomo de las artes oratorias de las Cuevas de Altamira.
Ahora deshojada María
Dolores, y vuelta a lo civil, un voto menos. Sáenz de Santamaría y Casado, se
juega sus deseos, para el gran público, tanto monta, montan tanto, aunque la
verdad es que más bien montan poco. Unos chicharrean por tener una Merkel de
bolsillo para andar por casa, y otros por tener una copia de un madelman para
oponerlo al otro, Rivera de sus dolores de cabeza, paracetamol aparte.
En casa, es decir, en
Málaga, sin previo aviso, el Alcalde se sumergió en la campaña, vía Trump, y
por twitter se sumó a los 27 votos obtenidos por Cospedal ¡qué bochorno!
Poquita afición le tienen los suyos, cosa tópica en los alcaldes, aunque te
imploren que encabeces la lista para evitarse el batacazo más popular de la
historia. El aparato siempre juega con ventaja, y más en este caso que entre
cargos públicos y dedófilos copaban la mayor parte de del censo.
Asombroso me ha
resultado Torremolinos, que sin alcaldía, el Partido dividido, con una
población casi diez veces menor que la Capital, ha sumado la candidatura de
Sáenz de Santamaría, casi los mismos votos que en Málaga, a pesar que el anterior alcalde popular, Fernández Montes, ariete incesante, ha pedido
a su nutrido grupo de partidarios la abstención. Sin Pride ni nada, se pueden
sentir más orgullosos que sus otros correligionarios.
Soraya quiso ser la
primera en pedir el voto en Málaga, Casado ha querido celebrar su primer acto
en Fuengirola, les tira la Costa del Sol. Cospedal, no sé si tras la panda de
Gurtel, quiera venirse de vacas a Marbella a darle al padel, o prefiere la
cuaresma castellana.
Curro Flores
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