Libertad
y Covid-19
El
celebérrimo virus nos ha dislocado el guión, porque el estado de alarma
conlleva la limitación terrible de las libertades, esas que usamos con más
certeza que la construcción de la libertad de pensamiento. Siempre que el
Estado asume, como en este caso, el papel de garante de un bien supremo, ahora
la salud de los ciudadanos, a costa de
sus limitaciones constitucionales, quién gobierna en una democracia tiene que
conducirse en un muy difícil equilibrio, entre una gestión sanitaria lo más
eficaz posible, sus resultados e imposiciones y el debate democrático. La lupa
y la crítica no tienen espera desde el primer día de confinamiento, y aunque
algunas opiniones, aseveraciones y bulos traspasan la raya de la concordia, la
comunidad encerrada y con dudas, más que contaminación informativa necesita
conocimientos certeros, escuetos y eficaces aunque, como se ha visto, es mundialmente difícil construir el guión
del relato, sin que el covid nos ponga en evidencia.
Estos
días me vino a la cabeza cuando que se me ocurrió llamar con sorna a Felipe
González “el parcelero”, en nuestra publicaciones clandestinas, continuamente
nos animaba en sus escritos a ganar parcelas de libertad contra el franquismo; eran aquellos años previos a
la Transición en los que nos distinguíamos con nuestra consigna de “socialismo
es libertad”, frente a la comunista de “socialismo en libertad”; desde 1921 al
tronco común del PSOE fundado por Pablo Iglesias, se le escindió una corriente
que fundara el PCE, se sumaron a la Tercera Internacional, y fue nuestro
sentido de la libertad, lo que siempre nos separó de su concepto de dictadura del proletariado.
Aunque
PP y VOX han estado sumados a las prórrogas que ha presentado el gobierno con
las restricciones obligadas, se han desmarcado y las razones no se nos escapan, ni el ruido de
las cacerolas, ni las convocatorias de las “marchas de la libertad” de alta
gama de VOX. Desde el 14 de marzo leyendo los pronunciamientos en la Red de conocidos
de derechas, impropios de su talante anterior y presunta caballerosidad, vi
claro que se le había convocado a una guerra sin cuartel contra el Gobierno.
Que
se reclame “libertad” en estos momentos, no nos debe extrañar, aunque en las
caravanas de VOX, no se quisieran evitar los símbolos fascistas que
enseñoreaban algunos, y que los españoles
tenemos asociados a 40 años de represión y ausencia de autenticas
libertades. La reconstrucción es ultra necesaria, pero tendrá tremendas
dificultades si los ultras de derecha, izquierda e independentistas quieren
destrozar la ruta del consenso, por lo que el gobierno debe ser ultra fino.
Curro
Flores
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