Estalinina
Gueorguieva
Si
te bautizaban en el comunismo y tus padres eran muy devotos de Stalin, te
podían colgar un sambenito de cancerbera
de gulag, así que se trastocó su oscuro Estalinina por su envés de Kristalina
la directora del FMI. Si estuviéramos en plena Guerra Fría la directora del
Fondo Monetario Internacional, parecería una espía tan perfecta, que a su lado
Kim Philby no pasaría de tramoyista. Lo cierto es que personajes como ella de
alto volar, sus biografías, dan para un
relato eficaz sobre los cambios operados a finales del siglo pasado con el
derrumbe del comunismo soviético.
Seguro
era una de las más brillantes y aplicadas en
sus estudios económicos con el paraguas marxista leninista, pero de paso
leo en su curriculum que estuvo trabajado en un mercado de Sofía de vendedora
de alimentos, y ahí creo que está la clave de bóveda, para que Kristalina haya
volado por los sillones del Banco Mundial, la Comisión Europea y el FMI.
Por
el estallido de las revoluciones de 1989 en su país, la brújula le cambió la
concepción de los planes quinquenales por la de los planes existenciales e imparables de la libertad. Su puesto de Comisaria que primero tuvo en la
UE al frente de la Cooperación
Internacional, Ayuda Humanitaria y Respuesta a las Crisis, le da un sello
singular para tratar de capear temporales desde los despachos. Su partido de
referencia en su país es el GERB, de derechas y popular, los valores mutan más
que los dogmas entre el concepto de conservador y progresista, dependiendo de
si has vivido en una dictadura de derechas o de izquierdas.
Nunca
he visto una persona más segura para decir que lleva preparándose toda la vida
para el escenario económico que ha creado la pandemia, no sé dónde dan los
cursos para llevar a buen puerto la Balsa de la Medusa, en la que se puede
convertir el orbe en mascarilla.
Un
viejo luchador contra las epidemias, nos indicaba que su lucha más eficaz se
debe realizar a pie de calle. La Sra. Gueorguieva se propone hacer una la
política cara a cara pensada para las personas y sus necesidades, frente a la
economía para el paper. Mucho parece que ha cambiado el mundo, después
de las barbaridades que se hicieron en la lucha contra la anterior crisis,
parece que se afinan nuevas ortodoxias. Es inevitable la renta mínima, y hasta
de forma permanente, pero hay que poner a trabajar a todos los sabios de las tribus, las energías
de los emprendedores, y buscar los recursos que generen empleo y prosperidad
que más que nos emparejen socialmente.
Curro
Flores
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