lunes, 6 de diciembre de 2021

ADVIENTO Y VIENTOS DE TORREMOLINOS

Adviento y vientos de Torremolinos

Los pandillas vociferantes del INSERSO se sobreponen a las mascarillas cotorreando en alta fidelidad, la calle de San Miguel, sin bikinis, con abrigo, pellizas, permanentes y gorras. Ella baja los escalones de la Iglesia, baja la mascarilla, y a sus devotas, les dice que la misa ya se ha despachado en la Parroquia, tienen que buscarse el evangelio de Adviento en otro templo con la correntina que hace: -“están como los cercanías con los horarios”, redice. La rápida e indiscreta cháchara, a la española, para que se enteren en América, me recordó mi primer viaje turístico a la Rusia soviética, unos creyentes de mi grupo excursionista, con su sacerdote a cuestas, celebraron la misa de guardar en una habitación del hotel de “San Leninburgo”, dónde nos alojábamos, despistando a la severa camarada guardiana que vigilaba su planta, de medalla del Palmar de Troya.

Pero quién verdaderamente está en capilla, es el alcalde socialista de la ciudad costasoleña, José Ortiz, con el frio que hace, de imaginaria en su sillón de púas, esperando que el día 20 de diciembre no prospere el voto de censura que Margarita del Cid del PP, le ha presentado, aprovechando el adviento que corre de afines deslealtades de a POR MI PUEBLO y demás egolatrías politiqueras. Tiene mérito gobernar endeudado hasta los ojos, la herencia recibida del anterior alcalde del PP, 200 millones a pagar, pero más mérito tiene sentarse con el bastón de mando en un almohadón de faquir dependiendo de puerilidades ajenas. La suerte está echada, si prospera Margarita, las víboras se han cambiado de canasto, de lo contrario, a celebrar las Pascuas con ellas.

Desde que se movieron las piezas en la Diputación por el éxodo de los dos  de Ciudadanos, esperé en que me transformaría la crisis el gran muñidor Elías Bendodo, quién  decía que su credo era elegir lo mejor de las cosas de la derecha y de la izquierda, pero por lo demostrado su “poli” es tasar los traicioneros de cada tropa y ponerlos a nuestra cuenta. Si Caifás lo hubiese tenido de edecán, “la última cena” de Leonardo, hubiera sido una cenita entre Jesús, Magdalena y el amado Juan, el resto a disimular.

Las luces de Navidad, desvaídas y esqueléticas se balancean como el Ayuntamiento de “Torroles·, no me he fijado, si está colgada la tira de siempre anunciando el “FELIZ JANUCÁ”,  aunque para celebrar estos días mejor polvonores de Antequera y aguardiente de Ojén, SABOR A MÁLAGA, mira por dónde, de ahí nace el embrollo de la moción de censura.

Curro Flores

 

 

 

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