jueves, 18 de noviembre de 2021

EL MIURA ASTRONAUTA

EL MIURA ASTRONAUTA

En la finca del Batán en Madrid, los taurófilos acuden a contemplar los ejemplares de la corrida de Miura condenada a San Isidro; en el año de  pandemia, por contra, el Miura I está expuesto en el Museo de Ciencias Naturales que, desafiando la teoría del cuerno del poeta Manolo “el Pollero”, no es bicornio, ni tricornio, es tan unicornio como un nazareno “adorando al padre eterno”, se trata de nuestro primer vehículo espacial en punta con divisa roja y gualda en la chapa ¡olé!

Lo ha fabricado la empresa PLD Space, con una ayudita de la patria del 20 por ciento, allá en Elche. El Miura I después de Madrid lo embarcan para tierras onubenses, como Colón, saldrá de Huelva la primera ruta espacial ibérica, en doce minutos, ciento cincuenta kilómetros, un prodigio que echará el bofe como un astado al bulto con su capacidad de propulsión desde “0”. Ahí demostrará su capacidad de lanzamiento, investigación en tecnología espacial y potencialidad comercial, para el transporte de satélites.

El toraco volador primero, dará paso al torazo más grande de la manada el Miura V, como no hay quinto malo, éste ya será un prodigio, merecedor de desfilar por La Castellana, con sus correspondientes cuadrillas, de telecos, científicos de andar por casa y sus defensas, para delicia de los chiflados.

Con la vocación de entrar en la fama de la cacharrería estelar de la Guerra de las Galaxias, como vehículo capaz de arrinconar a Darth Vader y sus tropas en un agujero negro. Lo nombraron Miura por culpa de la Espinosa --Marca España, o la mismísima España Global del excanciller Borrell. Elija su bandería de chuscos.

Para la envidia del toro de carretera, el Osborne, Miura toma el relevo de nuestra marca en la tradición de la Restauración decimonónica, de denominar a los aguardientes con nombres de figuras de la tauromaquia, de ahí el homónimo de Cazalla de guindas, el simpar Machaquito, salvemos al del municipio de Ojén, ahora de primarias en el PSOE, que su marca constituyó un afrodisiaco en la Gran Manzana y ahora en las cocteleras de New Orleans se mezcla a toda pastilla. El Tío Pepe, el sherry ha quedado de lado, como el vino de Málaga, tan ecuménico que colmó los cálices del Vaticano en la transustanciación.

En fin, la Marca España, tan patriota, se ha olvidado del turrón Jijona y del Pata Negra, prefirieron englobarse para darle hilo al cometa de antaño con los miuras, están “volaos”.

Curro Flores

 

 

 

 

 

 

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