TOPrremolinos

TOPrremolinos

El vergoño iniciaba su fin y los cuerpos acariciaban lana, cuando las dos rubias norteñas lucían sus cuerpos quemados camino de la playa; la caravana del INSERSO abrigaita salía del hotel y se oyó: -¡cucha niña, pa dónde van éstas tan frescas! La otra le dijo, -me voy a quedar con las ganas de ver a Pedro Sánchez, que ha venio aquí a un Congreso de lo suyo y, este fin de semana no va a La Palma el pobre. Cambio de rollo, - ¿a ti que más te da?

Jubones, bombachos, cintas, capas y bandurrias, rodearon la algarabía, era una tuna de mujeres, tocadas con sus felpas, se dirigían a un encuentro con tunos de diez rondallas a beneficio de la Cruz Roja, en EL PUEBLO ya no hay universidad, pero estudiantinas siempre han paseado por La Carihuela al olor de las frituras.

Entre dos congresos que viví a más de cuatro decenios de distancia, los alcaldes y los socialistas andaluces, han recobrado bríos y muchas novedades. En el intermedio de las dos citas, el restaurante Selvática, cercanito a los eventos, ha presentado al mundo el chuletón más grande del orbe, once kilos trescientos gramos, el despiece del buey leonés Mazinger de dos mil docientos kilos, tan magnífica vianda se la han devorado dieciséis inmobiliarios a expensas del ladrillos, para eso no falta material de obras. Ocasión perdida por el Ayuntamiento, para hacer un encuentro de personajes del imaginario de glotones insaciables como Obelix, Rosauro, Carpanta, Goliat y, hasta los mismísimos, Gargantual y Pantagruel, eso sí es pensar por una ciudad de welcomes.

Mientras los últimos del pelotón evitan los coches y se le cruza un fugaz patinete, alguien estará buscando dar otra de vuelta de tuerca para ser noticia. El Pueblo que no lo era, pero así le llamábamos los boquerones, era Don Carnal, mientras el resto de los españoles vivían en la Doña Cuaresma impuesta por el nacional-catolicismo. El pueblo se afamó cuando fue hippy, bohemio, paraíso de estrellas y de LGTB insignia.

El desfile es heterogéneo, unos van a que le den un certificado de autenticidad de haberse comido un espeto de sardinas, por un experto en humareda playera; otros desfilan al norte a deleitarse en el Cocodrilo Park con bichitos capaces de acabar a bocados con todas las ganancias del sector inmobiliario. Se cierra por vacaciones, meses atrás por pandemia, “pero volverán las oscuras golondrinas”, las cotorras siguen, y como el turismo es un gran invento, a toprremolinear con nuevas citas llamativas.

Curro Flores