A la derecha de Rajoy
el vacío
Se hacen más “populis” los patriotas de VOX, don José M. Aznar aprovecha la ocasión de la
convención Mariana en Valladolid y se va a Filipinas a cantar la habanera “Yo te diré”,
acompañando a los últimos patriotas; ni el atractivo de su partida de dominó en
la vallisoletana Quintanilla de Onésimo
Redondo, lo paran a la hora de evitar cualquier encuentro con su heredero
político.
Mayor Oreja va a dejar
la bien pagada academia de idiomas europeos y Vidal Cuadras se esfuma a un
redil dónde se le escuche balar o ladrar, así que se va con los VOX que son poquitos y emprende
la marcha a ninguna parte.
Esta tángana está
llenando de vocablos el avispero de la caverna. Todos echan de menos el
bigotillo de Josema donde solo había vacío a la derecha de su imperio popular,
y ponen en solfa a Mariano el destructor, incapaz de mantener unidos los cabos
de la parroquia reaccionaria.
Todos estigmatizan al
gobierno más reaccionario de nuestra democracia, por no atender a los sectores
más señalados de sus carpetovetónicas ideas. Dos años de demolición no le han
bastado a esta parroquia para sentirse
contentos, mientras los españolitos padecen las plagas de sus Báñez, Matos,
Wert, Gallardón, Cañete, Soria, Fernández…
La verdad es otra, pero
el eco complace a los que abandonan al
barco de Rajoy antes de su primer fiasco electoral en las europeas. La derecha
abandona el barco por estribor y la izquierda lo hace a babor, sin más
ideología que un ¡sálvese quien pueda!
Cualquiera puede hacer
literatura de la tristeza de los lunes al sol en un invierno huyendo de la
gripe A; pero unidos todos los efectos del gobierno de derechas, solo se siente
el pavor de los que hemos perdido en su singladura, todo lo que se había
conseguido en el gran tránsito democrático, a cambio de unos morosos datos que
solo satisfacen a las insaciables elites financieras.
La derecha que se le
escapa a Rajoy, no viene a ocupar un vacío, porque en ese vacío solo existe el
agujero negro, ahora inexistente, según Stephen Hawking; los artistas que se
escapan forman el ejercito de ninguneados, condición sin igual para tomar el
impulso de abandonar el barco que se hunde.
Aquella experiencia de
la autodestrucción de UCD, es un hito que se ha instalado en la genética de la
derecha, como se inoculo en el pueblo alemán el virus de la inflación. Pero
nadie puede agitar tanto a su pueblo sin sufrir el síndrome de su propia
agitación y eso viven los populares, y más lo vivirán el día después de las
europeas.
Babor debe saber
caminar hacia el puente de mando, porque estribor lo está tirando todo por la
borda.
Curro Flores
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