PREOCUPANTE O ALARMANTE
Si para averiguar la tensión entre los miles que buscan un hogarcito en la capital del Sur de Europa, se empleara el tensiómetro, se dispararían las alarmas para asaltar ambulancias y Ucis, en un corre que te pillo antes de que te llevara un telele. El recochineo madridista del día después, en el embuchado deportivo a mayor gloria de Carletto y sus suplentes, venía envuelto en papel de prensa de papel local que, a todas las columnas de la primera se leía: “Urbanismo ya ve “preocupante” la tensión del mercado de la vivienda”; don José María Morente dixit, al parecer el fichaje estrella a lo Mbappe que fichó Paco de la Torre, para coordinar urbanismo y vivienda, con la manía de sembrar césped y terruño de torres a lo loco según mercado; ha descubierto que alquilar una chabola en el centro o extramuros es tarea, para irse al bosque con Blancanieves y Los Enanitos, por si queda un nido en un ramajo. El gran fichaje Morente, ha dicho en light, una verdad de Perogrullo, la de sentirse preocupado por el desliz del negocio del ladrillo y conexos por los precios, demasiados inhabitables en su gestión habitacional. Desde que llegó el primer guiri a darle al ascensor de tu bloque con la toalla a la cincha, cundió el negocio con el ocio y la codicia bullanguera se comió el centro, pero hoy ninguna barriada está ajena a tener hostelero de andar por casa. Entre las recetas que apunta, está la obvia de no seguir invadiendo de pisos turísticos el núcleo urbano, al menos zonificarlo, soluciones, dice, tienen los técnicos urbanistas, pero que dependen del “sí quiero” de la voluntad de los políticos. Dicho esto, verdad a medias, la tensión en el mercado, es en este caso, una razón de estado; porque aunque me sube la tensión la creencia en el estatalismo, me irrita más la devoción ideológica al mercachifle en estos lares.
Curro Flores
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