Mientras
dure el encierro
La
reclusión se está relajando con los horarios legales de desfogue, deporte,
paseo y bastón. La práctica política sigue entre el amago idílico del gobierno
por un acuerdo y la estrategia contraria
de acoso y derribo promovida por sus adversarios. Los datos sanitarios van
mejorando tras el duro enclaustramiento, es un dato, pero cuando no hay manual,
“cada maestrillo tiene su librillo” y más en un territorio sobre contaminado de
informaciones, muchas de ellas contradictorias,
que en el discurso superamos con
la imaginación, a la ciencia y el
conocimiento.
Hay
barbaridades impropias que consideran criminales a los gobernantes en algunas paredes, en las redes,
y en algunas publicaciones, redoblando el tantam de los oficiantes de las batallas más siniestras. Lo cierto es que
entre los que aplauden y los que hacen sonar las cacerolas, la realidad es más
inasible, porque el virus ni se espanta, ni se apiada, salvo que la solana
ponga orden y nos lo aparte durante el verano.
A
estas líneas les llega la información de que el Sr. Casado no va a apoyar la
prórroga del estado de alarma, coincidiendo con las palabras, en otro medio, del más celebrado experto italiano en frenar
la pandemia en su territorio, quién nos dice que posiblemente hemos
iniciado antes de tiempo el plan de desescalada. Mis interrogantes ante estas
cosas sobre la acción política y las previsiones sanitarias me las ponen en el
tejado, y las dos supuestas ciencias que asisten a la política y a la salud, o
los mantienen en la inopia, o necesitan que les habilitemos un hospital de
campaña.
La
rebaja de las medidas de reclusión, coinciden con las ya previsible subida de
la rebaja de nuestro PIB por encima del
peor del más terrible de nuestros escenarios históricos, y también se ha disparado la prima de riesgo.
Mucho antes del confinamiento la Bolsa, en el inicio de los efectos del
Covid-19 en China, nos rebajó a muchas de nuestra empresas del IBEX un 30 por ciento, ahora desde el primero al
último nos tenemos que tentar la ropa, porque se necesita hacer un extenuante
sacrificio para levantarnos en dos años, para que en 2022 empecemos a ver la
luz del crecimiento.
El
dinero tiene un demostrada alta dosis de miedo, y se vuelve cauteloso al mismo
tiempo que codicioso, la mejor forma para ganar su fiabilidad en un escenario
de crisis mundial, es ofrecer un escrupuloso plan de saneamiento, que tenga el
apoyo del más amplio de las fuerzas políticas y sociales, es un mantra que
repito, no para aburrir con una cantinela, ni para ganar adeptos a mi opción
política, sino para garantizar la efectividad del paso del desierto con las
vacas más flacas que se puedan ordeñar.
Curro
Flores
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