A disgusto-gusto de
todos
Ayer una lluvia
mañanera hizo el último baldeo electoral a las calles de Málaga, mientras un
segundo nublado aparecía en el horizonte que, daba una participación en la
jornada electoral de cuatro puntos menos, a media mañana, con respecto a las
municipales de 2011.
Todo se corrigió por la
tarde, se seco el suelo y cada cual se equilibro en el suelo electoral a su
manera: Francisco de la Torres perdió seis concejales, pero puede gobernar en
minoría; María Gámez gana en votos, pero por un concejal se queda a las puertas
de coger el bastón de mando con los votos de las otras formaciones de
izquierda; Isabel Torralbo irrumpe con cuatro concejales, pero hace poca mella;
Juan Cassá pone un trípode en el pleno para dejar las cosas como están y Juan
Zorrilla se libra del desahucio municipal.
A la izquierda le cabe
la insatisfacción que la derecha sigue gobernando, mientras el computo de votos
a sus distintas formaciones supera con creces a los votos de derecha. El PP mantiene la alcaldía con un
banquillo exiguo y sometido a los vientos que corran por el Pleno, y así hasta
cuatro años dónde el runrún de la Casona del Parque puede que gane en
decibelios y en desarmonía.
Me temo que la primera
encuesta que se paseaba a ocultas por los despachos del poder, clavó el
resultado y preparó a los contendientes para la ocasión. De la Torre llevaba
varios días de campaña lanzando el SOS de los pactos poselectorales y
enseñoreaba el pedigrí del PP de haber gobernado el Ayuntamiento en minoría,
tras la batalla por Málaga.
Felicito al ganador,
felicito al resto de ganadores y ganadoras a gusto o disgusto según mercado, y
me quedo a solas con el gusto amargo del perdedor, que añora los años en los
que gobernaba en mayoría con el PSOE el ayuntamiento malagueño.
Curro Flores
No hay comentarios:
Publicar un comentario