EL CUENTO VERANIEGO


El cuento veraniego
La Parca Morta  ha acelerado hacia Santiago y nos ha amargado sobradamente el verano. Nos ha puesto a pensar en los que se fueron en el tren que nunca llegó a su destino, acercando nuestra inercia vital a mirar el abismo. Hoy vemos en vídeo la catástrofe, y nos torturan los tertulianos,  todos recién licenciados en ingeniería ferroviaria, aparcando sus saberes magistrales sobre la Justicia, la Economía y cualquier cosa que se ponga a tiro, para deslumbrarnos con su palabrería. Al fin cabo, mientras nosotros contamos ovejas en los sueños, ellos se entretienen en contar  orejas dónde soltar su elocuencia.
Gracias a que Rajoy ha tenido la voluntad de ir al Congreso de los Diputados el 1 de Agosto, casualmente el mismo día que nació mi admirado emperador Claudio, a explicar de soslayo el “asuntillo Bárcenas”. Sabemos que el poder legislativo y el ejecutivo descansarán un día menos que el poder judicial, que lleva un año de trasiego impresionante, entre la maraña de cuentas y cuentos políticos que llenan sus sumarios, armarios, discos duros y llaveros pen drives.
Los que puedan entre boquerones, espetos sardinas, tinto de verano, tienen temario para la blasfemia y el oprobio nacional, en cualquiera de los chiringuito enladrillados  “prê-á-porter” de diseño de botica o de mansión Crusoe. Se puede partir en las conversas, con el manido “si yo te contara”, que autoriza a captar la atención para soltar el invento, después ilustrarse con venablos a reos y concernidos, y acompañar a doña Sofía en sus soledades mallorquinas. Así, si la fábula que nos han montado los afectados, opositores y mass media es mucha, nosotros le podemos añadir todos los aliños y remueldos en nuestras murmuraciones, la mejor receta conventual para aliviar nuestra digestión estival.
He visto el escenario ocupando medio ruedo de La Malagueta, siete trailers impresionantes, montados como un lego a pleno sol, para que se despache el juglar Mark Knophler, ante nueve mil fans, la reventa tan cara como la de José Tomás, casi quinientos pavos. Esa noche el ruido ocupará el espacio de mis lecturas veraniegas. Reducidos los periódicos, a fichajes futbolísticos, literatura exprés, cruci  y sudoku. En fila cabalgan mis auténticos cuentos políticos y vivenciales: Alicia en el País de las Maravilla, Peter Pan, Winnie the Pooh, Los Viajes de Gulliver, El Viento en los Sauces, La Señora del Perrito….
Moraleja, apago la luz con los sumarios de la imaginación, y dejo para septiembre, mi vuelta a Palacio, de Justicia, y a ponerle sustantivo, verbo  y adjetivo a la troika, banqueros, inversores, ministros e ilustres, salvo los dimitidos que ya han jugado su propia ruleta rusa.
Curro Flores

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