Historias
de bronce
La
sociedad en recrisis agudiza las patogenias larvadas que envuelve su modus
vivendi, así que no podemos prever la
suerte que nos acecha cuando se abre el abanico de los descontentos. La muerte
de George Floyd, ha abierto con estrépito el debate antiracista, hasta enervar
acciones iconoclastas, justificadas en algunos casos, excesivas en otros con
una visión miope del acontecer histórico.
Nunca
tuve por iconoclastas a Sansón o Moisés, pero uno acabó con el templo filisteo
al dios Dagón, y el otro arrojó las piedras sobre el Becerro de Oro que, su
pueblo empezaba a idolatrar, los caprichos de exclusividad de Jehová en el
Olimpo judío, dieron para que mis estrellas de la infancia Victor Mature y
Charlton Heston se hayan desorbitado.
Muchas
de las estatuas y monumentos que se han erigido en espacios públicos a
personajes y acontecimientos históricos, posiblemente no merecen que se les
posen las palomas, y que constituirían, salvo altos criterios artísticos, una buena venta al chatarrero. Pero por otra
parte está el listado norteamericano de revisionismo inculto a figuras como
Cristóbal Colón, a la reina Isabel, Fray Junípero Serra y otros, mezclados en
sus reivindicaciones antiracistas.
Pero
lo más sorprendente es que la líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodriguez,
tan dispuesta ella, está en la incitación a la iconoclastia con las estatuas de
Colón. La verdad es que de una persona que ostenta la representación de tantos
andaluces en el Hospital de las Cinco Llagas, uno se debiera esperar más
cordura, y sobretodo en las circunstancias actuales, dónde las luces deben de
apuntar a salir del caos económico que se avecina; pero como se trata de
apuntarse a todo lo que se mueva en contra por su jehová marxista-leninistas.
Cabe
preguntarse si le dirá al Alcalde de Cádiz que proponga destruir la capilla de
su Jesús Nazareno, en gaditano “El Greñuo”, por haber sido costeada por el
enriquecimiento de los armenios Puga y otros, con el comercio del botín que
venía de América. Los armenios iban a ser expulsados por la envidia a su
riqueza, ellos compraron la voluntad del poder edificando un envidiable
oratorio.
La
verdad es que mejor no darle ideas a los que más que política tienen
ocurrencias, y vaya que nos ponga a revisar todos los callejeros y solo queden
incólume las calles de los Negros como vestigio antiracista, que a la sazón
fueron los lugares dónde vivían los sirvientes y los redimidos de la esclavitud
en muchas ciudades de Andalucía.
Curro
Flores
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