2014, ponga paréntesis
De mala uva nos hemos
comido de nuevo las doce uvas, mientras los presentadores de las televisiones
se callan y el reloj de las explicaciones da los únicos cuartos que hemos
recibido en 2013.
El 71 por ciento de los
españoles no cree que mejore la economía para el año nuevo, como anunció Rajoy,
que no es un ángel de crédito para anunciar la buena nueva. Los otros voceros
de la buena nueva, tienen las cartas marcadas por el oficio de llevar la banca
y llevársela.
Es decir, que se crezca
o no, los cuartos menguantes los tenemos todos los españolitos de a pie que
veremos que se nos sube la luz cuando estamos a dos velas. Montoro busca el cuadre de las cuentas con una
ciudadanía descuadrada, que lo único que le sale a devolver es la declaración de la renta por
carecer de ella.
Dicen que el 26 por
ciento de los parados seguirán inamovibles, como una cola que no va a ningún
sitio excepto al banco de alimentos, el único banco que no necesita más
avalistas que dos molares expeditivos para saciar la canina.
Casi vamos a salir en tablas por los dineros que mandan
nuestra novata tropa de emigrantes, con los que mandan nuestros inmigrantes a
sus respectivos países, “qui pro quod”.
Don Mariano ha
conseguido que sus ministros se cubran
con su propio manto de descrédito, y ya no nos queda otra cosa que un cambio de
gobierno, para tratar de orientarnos de otra manera.
Estamos preparados para
los nuevos sucesos del 2014, los subterfugios de los sumarios nos iniciarán en
un proceso penal para corruptos protegidos por la fortuna, se nombrará un nuevo
presidente de la Conferencia Episcopal como si existiera un equiparable a
Tarancón disponible, habrá elecciones europeas cuando más falta hace crecer en
Europa y más disgustados nos encontramos con ella, el PSOE afrontará unas
primarias a la búsqueda de un líder perdido, los populares andaluces darán a
luz un candidato después de abortar Rajoy la operación sucesoria; y así tantas
cosas pueden suceder, como que el madelman de oficinista, Mas, añada a la
tragedia nacional un esperpento irracional de obsoleto nacionalismo.
La vida que es acción,
y que no admite un parón biológico y social para las ocasiones de crisis,
impide que podamos entrar en hibernación o poner un paréntesis en 2014,
mientras se nos despeja la pista del “más de lo mismo”, que se impone frente al
“año nuevo vida nueva”.
Curro Flores
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