El exorcista del
Partido Popular
Hoy la niebla o el taró como lo llaman nuestros marengos, pone
ambiente al tema, mis anti creencias me impiden aceptar el maligno y el benigno, pero la presencia del vocero del
PP señor Maíllo en las espeluznantes noticias de cada día, me ha hecho
acariciar el misterio del exorcismo.
En el casting de caza
fantasmas que le sirvió a Rajoy, para configurar la ejecutiva de los populares,
eligió como coordinador general al zamorano Martínez Maíllo. El hombre coordina
en Génova, y de paso ejerce la ingrata labor de dar la cara, para que con
buenas palabras y cara de cordero degollado, pretenda que nos creamos que se
cree, que los juicios por corrupción que vivimos de los populares, son asuntos
del pasado aunque estén de “cuerpo presente”.
Maíllo, con tipo de
párroco, muchas veces mal encarado para salir en el plasma, no necesita
maquilladores para Halloween. Me puedo creer que si en las entrañas del PP
estaba instalado el gran Satán de la corrupción, seguro que ha salido corriendo
de susto al verlo, sin necesidad de los ritos de las plegarias, los signos
religiosos que actúan en las liturgias contra los poseídos. La sola
presencia del zamorano hace crecer el
éxodo.
Pero amén de las
creencias y los mantras conocidos, el PP es cada día menos creíble para los
suyos, y ni que decir, del resto de los votantes. Así que estamos gobernados
por una tripulación en su último viaje a ninguna parte, que no se pudo acortar
ahora, por el apoyo de Ciudadanos, y antes por la novatada del vicepresidente Iglesias, siempre tan de
Pedro Sánchez.
Tan mal le va la cosa,
que si de vergüenza fuera dimitieran, pero el “beato sillón” nos lo mantiene.
No necesitamos ni carnaval, para ver la comparsa de Los amiguitos del alma cantando sus chirigotas acusatorias
valencianas, contra el Gran Camp, con
toda esa presumible lealtad que dan las cadenas de presidiarios. Nadie quiere tragarse el marrón, después de haberse
puesto morado.
Y la mejor de las
encuestas nos la ha dado Pedro Jota, saltando del balcón de Caravaca dónde veía
la Pasión en vivo con los Aznar y Rato en la Semana Santa de 1996, por los
servicios prestados, faltaba Anguita el de la pinza, pero creo que es
incrédulo; ahora entregando en la comisión anti corrupción a los adversarios
sus notas sobre las declaraciones que le hizo Bárcenas.
Rajoy lo tiene claro,
si Maíllo también le exorciza a Ribera.
Curro Flores
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