El gato y los dos
caimanes
En esos programas de
National Geographic que juegan a ser oasis en el vagar del mando a distancia
frente al televisor, me pararon algunos singulares hechos protagonizados por
animales y en particular uno que Sun
Tsu y el Barón de Von Clausewitz, lo
hubieran tenido como principio del arte de la guerra.
Un gato atigrado sureño
que jugaba en la orilla con un niño, se enfrenta a uno y después a dos caimanes
que querían merendárselo, hasta que los lagartos vencidos por la acometividad
del mini felino, toman las de Villadiego en una cobarde inmersión para ocultar
su vergüenza en los manglares.
Hoy sumergido en una de
las estupideces más universales el fútbol, que tantas horas de recreo nos ha
regalado fundamentalmente a los hombres, y que también supo ver el antropólogo
Desmond Morris (afutbolístico), en su libro de antropología, “El Deporte Rey”.
Leo de del Bosque, del
que me he acostumbrado a no oírle o leerle una palabra de más; pero me
sorprendió con un comentario que hizo a
sus campeones mundiales, -solo he visto en el grupo unos ojos con hambre-, y
para ganar hay que recuperar el iris de la necesidad.
El gato valentón y la
frase de del Bosque, me han transportado al panorama político que vivimos tras
las elecciones europeas en España, y fundamentalmente al cambio exigido al
PSOE, porque de la formación conservadora no se espera otra cosa que el
conformismo como consuelo de las aflicciones de los ciudadanos.
Desde que en 1879
naciera el PSOE, de manos de Pablo Iglesias en Casa Labra, 135 años de historia
nos ha dado para demasiados contratiempos y periodos de excelencia política.
Unidos al devenir de España, a veces, la realidad política ha impuesto
radicalizaciones y periodos de plácida pérdida de referencias originarias.
Desde 1982, año del
triunfo más clamoroso, cultura tradicional (casi liturgia de los viejos odres)
y la adaptación a los signos de los tiempos han convivido; y han aportado en el
gobierno y la oposición los signos del progreso que han destacado en nuestra
Transición para la mejora de la mayoría de los ciudadanos. Alejado y a gran
distancia del juego de la “casta” en el que se pretende ubicar, por la astucia
del gato.
Pero el 25M ha marcado
una fecha de inquietud excepcional en la vida de los socialistas españoles, y
ha abierto el melón sucesorio de la manera más democrática posible, ejemplar en
nuestro país ante el resto de las formaciones políticas, un militante un voto
para la elección al Secretario General, que tendrá por delante la ocupación del
relanzamiento y comunión con la mayoría social española de progreso.
Pero los años de
bonanza parecen haber creado por necesidades del guión, muchos políticos de
piscifactoría, menos acostumbrados a moverse en aguas bravas, dominadores
de muchas artes de la cultura organizacional,
pero que parece faltarles los ojos del hambre que conoce del Bosque y en los que tanto confiaron nuestros
conciudadanos para depositarnos sus votos y su esfuerzo.
Curro Flores
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