Felipe
González, y dos huevos más
A
la tortilla de “profano-monte” del menú covid-19, nada más que le faltaba el
simil del camarote de los hermanos Marx, con los dos huevos de más, servido por
Felipe para señalar algunos pasajes que desafinan en el gobierno de coalición
de Pedro Sánchez, cosas que pronunció en
una conferencia ofrecida desde el hogar para Nueva Economía Forum, organismos
de la estela de Michael Bloomberg, que quiere disputar el estrellato de
pensamientos diabólicos con el Foro de Davos.
Aunque
nuestro expresidente puso más acento en cosas de más enjundia, la comparación
con la secuencia de Una noche en la ópera, uno de sus latiguillos perpetuos, no
deja de ser un clamoroso error político, de alguien que debe saber otear como
pájaro sabido engarabarse sobre todas las espesuras, debiendo evitar que sus
suspiros superen la velocidad del sonido en manos de los adversarios del
gobierno, y más con la guindilla de Podemos. No sé si por ósmosis, el que
siempre fuera mi admirado líder, se le han quedado grabadas el efecto de las
divertidas gracetas de Alfonso Guerra, con las que adobaba sus mítines
multitudinarios, pero que al final resultaban el portazgo que pagábamos en
todas las noticias.
En
los días de confinamiento, con falsedades evidentes, se ha utilizado el nombre
de González para atacar al gobierno. Los que ya llevamos más de un nueve
quinquenios haciendo guardia en la garita del PSOE, acostumbrados a gobiernos
de mayoría absolutas, se nos podía quedar muy pequeño el camarote “marxiano”
para lo que podíamos esperar de un gobierno de coalición con Iglesias, más los
apoyos parlamentarios, pero aunque se enarbole lo contrario por los peores
opositores, la batuta viene leyendo la
difícil partitura acordada, con el extraordinario desafío de sus concertinos,
y más cuando tienen que tocar una Ópera improvisada al coronavirus con elencos,
coros y atriles poco empastados.
En
el resto de la conferencia que he podido leer, no puedo más que estar de
acuerdo con su análisis, de que por fin Europa se ha recuperado y relanzado
solidariamente en esta crisis, volviendo a los tiempos de Maastricht; de la
necesaria concordia entre los partidos para el programa de reconstrución, que
es lo que piden la inmensa mayoría de los españoles a gritos entre mascarillas.
La
Conferencia episcopal y González han coincidido en llamar a los partidos
políticos a cooperar en la recuperación salvando sus diferencias ideológicas,
muy de acuerdo, salvo en lo de las diferencias ideológicas, las provocaciones
que hacen los líderes políticos para expresar sus discrepancias, están más en
concitar los sentidos que la conciencia de sus auditorio, porque los españoles
en general de ideología estamos tan pez, como en sabernos de memoria el extenso catecismos Catolico.
A
la charla del añejo Isidoro (F.G.) le faltó celuloide, para describirnos a los
divergentes, que se comportan como el dr. Hannibal Lecter, para provocar la
Apocalypse Now de España.
Curro
Flores
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