DILEMAS PARA LA MOLE-HOTEL PORTUARIA DE MÁLAGA
Recalé en casa de mi amigo Bonifacio, viejo lobo de ultramarinos, abrió unas latas de machas chilenas, mejillones en escabeches, berberechos por Madrid y sardinas por Carpanta, un botellón frío de cerveza Victoria, y divagó de lo lindo.
Amigo de libros, me espetó, -he puesto en mi lista de ministros a preferir a Rodríguez Uribe, por sacar a concurso las obras del Convento de San Agustín para ubicar la Biblioteca provincial, desde 1994 a hoy, muchas reliquias cultas de nuestras administraciones se han hecho las suecas y los suecos con el asunto por el rostro. Pero por si fuera poco, al gobernante le han sobrado redaños para abrir un expediente informativo, sobre el impacto paisajístico que ocasionaría la presunta Torre del Catarí en el Puerto.
Boni, tomó con desparpajo el asunto del hotel, y soltó, - si tanto les alivia hacer caja con los solares del Puerto y aledaños, porqué no han mirado hacia el Club Mediterráneo, y la Residencia Reyes Católico. -¡Narices! dije. Siguió, -el Club paga un canon anual de 3.000 euros, las 24 habitaciones de la Residencia Militar, se cobran a 24 euros noche, sin IVA, vaya chollos, en primera línea de playa del Paseo Marítimo. Le hablé de que el Club viene de 1873, que tiene 6000 destacados socios, entre ellos el Alcalde, rápido contestó, más malagueños desde 1873 no han gozado de esos beneficios que el demanio público convierte en un demonio privado. Añadió, imagina, ahora que hay playa, no daríamos para 100 clubs de seis mil, porque se “Sacaba Beach”.
Mi lobo de ultramarino, había merodeado en todo, las horas jubiladas. –En esos solares se podría construir el Hotel Miramar del 2021-, sentía que los de AESDIMA habían espantado a Gehry, Moneo ya tenemos, pero un encargo a un Pritzker del lugar que se precie, hubiera enseñoreado la ciudad sin alturas y justificado al cajero de la llamada Autoridad Portuaria.
De todas maneras, me tranquilizó, antes que mi lobito ultramarino bueno lo devoraran los más selectos manojillos de boquerones. –El expediente de restitución de estos bienes públicos, mientras resuelve el Tribunal Europeo el contencioso, pueden seguir disfrutando en el dolce far niente los privilegiados de la Ciudad del Paraíso, y los camellos cargados de billetes del Catarí que te vi, se habrán aburrido de dar vueltas en Al Andalus.
No contento, Bonifacio me llevó a su despacho, para pavonearse de los modernos locales y sus apreciaciones sobre arquitectura, pensé que él se quedó en Chueca Goitia, que no olió a Bruno Zevi, mi Vitruvio de sombras chinescas, estaba hecho un Dios, arquitecto. Sobre la mesa del fondo, clavados en unas superficies de plastilina, estaban sus montblanes, staedlers, rotrings, watermans, fabers, pilots y bics. Apagó la luz, tumbó el flexo y se proyectaron sobre la pared, todo un universo de rascacielos, desde los de lujo, hasta los subvencionados de Bic y Pilot, terminó arrugando varias hojas de un periódico local, las puso delante del foco y rió, esto es un Frank Gehry.
No pude dejar de carcajear en toda la conversación, sobre la charada del Hotel. Coincidimos, Málaga es un magnífico solar, con muchos malandrines asediándolo desde hace muchos años.
Curro Flores
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