jueves, 13 de mayo de 2021

ESPETOS DE SARDINAS CON LA MARCA EN LA CAÑILLA

 

ESPETOS DE SARDINAS CON LA MARCA EN LA CAÑILLA

Lo más granado de la Costa del Sol, presentaron a la afición, la feliz idea de certificar el auténtico espeto de sardinas, para evitar los sucedáneos que, algunos malandrines nos quieren colar al olor de las sardinas. La verdad es que los tiempos de pandemia dan para mover el cacumen.

Así, no sé, si con la marca en la cañilla, usted podrá decir que usted se ha comido un espeto verdadero, de los que el humo de las brasas penetra por la mascarilla del bañista o por los collares del mantero. El espeto es un arte de  los robinsones de las jabegas, algunos hoy propietarios de chiringuitos-restaurant, pero gracias a los máster del –Pepeó- se ha logrado que muchos de los que no tenían playa, hoy dominen la candela, desde africanos, sudamericanos, chinos, a la mujer, primera espetera, que nos llegó de Extremadura.

El arte del humo de la hambruna playera, nos llega del siglo XIX, pero ya a los herederos de los amoragadores, les invadieron los foráneos para mejorar el chambao. Se espetaba todo lo sobrante que no se llevaba el cenachero, la bastina. Ahora se espeta de todo lo bueno de nuestra mar, desde el choco a la lubina, y si el niño de la mesa de al lado sigue dando la lata, puede que le espeten la papilla, vuelta y vuelta, como mandan los cánones.

Como un buen espetito sirve pa tó, el doctor García Almeida se ha pronunciado para decirnos que esas sardinas, son inmejorables para el alimento pos padecimiento del coronavirus. Así que amén de que la UNESCO los pudiera declarar los espetos Patrimonio Cultural Inmaterial,  la OMS va a necesitar hasta las sardinas que se usan para fabricar el pienso de los animales, para el condumio tras la pandemia.

Los forofos pueden correr de punta a punta nuestras señales de humo playeras, para degustar el mejor, cada alcalde de los pueblos costeros del sol, se afana en decir que tienen el superior manjar en su localidad, el 3 de septiembre se celebrará el concurso internacional gourmet para sentenciar cada bocado. Pero las cosas hay que decirlas, si uno es un recalcitrante autoctonero, las sardinas si no son de Málaga, pueden llegar a ser un –espartero de sardina-, al igual que a los chanquetes chinos no lo mejoran el extra virgen de oliva, y los manojillos de boquerones victorianos son insuperables, auténtico sabor a Málaga que, se va expoliando con el paso de la turba. El turismo un gran INSERSO.

Curro Flores

 

 

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