lunes, 18 de abril de 2022

EL DEFECTO FEIJOÓ

EL DEFECTO FEIJOÓ

Amén del careto, digno un de un casting para un responso; el líder más enjundioso para los del PP, tras el desastre Casado-Ayuso; y sin primarias, porque les han traído malísimas consecuencias, más bien, por sevillanas y a la búlgara, era Núñez Feijoó, forjado en la Galicia salvadora del nauFraga franquista.

Como eso no quiere decir nada, una vez que te han revotado los tuyos, nos aparece por los comentaristas y hasta en las encuestitas, como la tabla de salvación para la recuperación de los populares, sin taparse la nariz con VOX. Agotados estaban los gacetilleros de la cosa, de pedir un se besen, entre los genoveses y los de la Puerta del Sol.

Después de su prometedor discurso, en el que no ha venido a insultar a Sánchez, la buena nueva, porque viene a ganarle; por lo pronto, es de agradecer el talante, más educado que el del ferocillo antecesor. Espero también, que no mande a sus cargos institucionales a Bruselas, a verle la pirulilla al muñeco meón, para hablar injusticias sobre el reparto de fondos europeos, porque de recibirlos, ni el cancerbero de la UE.

Tras el primer encuentro en la Moncloa, el señor Núñez, se mostró compungido ante los medios, porque no podía darnos a los españoles una buena sobre de su larga reunión con el presidente, éste le proponía un menú, en el que no estaba la bajada de impuestos, bálsamo de Fierabrás, para arreglar todos nuestros problemas económicos, según el gallego.

De renovar el Consejo del Poder Judicial, ni mijita, el mantra iba por el adelgazamiento fiscal, para meternos en cintura. Me extraña, porque el anterior gallego del PP, inquilino monclovita, subía los impuestos con alevosía, eso sí, para arreglar las cuentas que le habían dejado los pródigos sociatas.

Por lo visto la consigna va en serio, porque su nuevo edecán Bendodo, nos la ha tarareado en la Semana Santa malagueña. Los comentaristas la ven como un nuevo desafío inesperado para las políticas de Sánchez, con su ministra Calviño, más centrada que un manual de funciones. Encima alegan que en su equipo está Juan Bravo, extraordinario consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, quién  por más merito tiene, bajar los impuestos a los ricachos, y no conseguir aprobar los presupuestos, a pesar de la mano tendida por Juan Espadas, un crack.

De tanto leer números, en el debate sobre los impuestos, salido del ideológico entre miserables y aprovechados, me gustaría que como en cualquier comunidad de propietarios, democrática y que se precie, conocer la auténtica cuenta de la vieja, y no las del Gran Capitán, quizás los misterios ideológicos que encierra el baile de cifras, esté más por marcarse un agarrado que un rock enloquecido.

Curro Flores

 

 

 

 

 

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