EL BAILE DE CARNAVAL DE LOS JERÓNIMOS
En Pascua florida, después de aguarnos el Sacrificio la calima, a destiempo, como todas las comisiones de investigación que en el mundano han sido, 134 invitados con sus papeles han sido citados al baile de mascarillas a nuestro Congreso. Los restantes estuvimos haciendo el primo en los balcones, para ver los modelos de pijamas de los vecinos entre aplausos sanitarios de andar por casa. Es de vergüenza, pero lo es; hasta el niño del antaño Sarasola sénior, tiene que presentar las facturas, de tener asilada a la Exma. Ayuso en su residencia de guays, durante la clausura. Habrá mascaradas de juzgado y guardias, pero otras pertenecerán al ruido de la catarata del tú más, capaz de hundir esperanzas democráticas en la riada partidaria. Aunque se sabe a quién voto, entre Palestina e Israel, teniendo predilección por la kufiya, salgo al trote de borriquilla de la pelea eterna de los bíblicos pueblos; por lo qué no sé si expresar admiración a las posturas mi líder Sánchez, o apuntarlo a la primada del reparto de ostias. De pequeñísimo adquirí la mala experiencia de meterse en una trifulca a navajas entre dos celebérrimos borrachos del barrio, el Melilla y el Cabeza, que con dos navajillas oxidadas de cortar miseria, peleaban, mientras un círculo de vecinos les rodeaba entre gritos, niñerío inclusive; así que me armé de valor y los desarmé, tirando hacia atrás una de las faquillas, la que pasó rozando a una niña. El héroe fue destronado por un castañazo del padre de la criatura en mi nariz; para mi sorpresa, el repartidor de mamporros, vino a mi casa a la hora llorando para pedir perdón, porque no sabía que había pegado al hijo de su desaparecido amigo y héroe de pillerías, el Paisa. Conclusión, hay que huir de las peleas o tener pedigrí aunque sea en el Perchel. No sé si Pedro se mete en un gran lío, para añadir en su gobernanza.
Curro Flores
No hay comentarios:
Publicar un comentario