HASTA EL PERJUICIO FINAL
Es vago insistir en la acalorada campaña que hemos vivido, amén de cortada a la juliana. Anoche casi se cerraron las cuentas, todos contentos, pero nadie feliz, salvo los que se emperren en ver por el ojo de su aguja su magro éxito, ante el desaliño expresado en las urnas: muchos avinagrados, sin sal en la mollera y resbalando en el aceite de los eternos prejuicios de nuestro ser nacional, siempre en almoneda. Los que somos de lo que somos, aventurábamos los temores de los perjuicios sociales que, de ganar los otros de los otros, sufriríamos, algo como quitarle velas a las naves de nuestros progresivos avances; los adversarios pintando con sus colores, le ha salido un revelado en gris, pero cierto sentido de alteridad, debiera no dejar en saco roto sus razones. Dificultades hay para formar gobierno, sin pagos excesivos, por lo menos eso han demostrado los puyazos desde los atriles, sobre las cuentas que hay que hacer en el Congreso. Los que por exceso de edad, tuvimos la suerte de vivir y pelear por nuestra pacifica Transición, además de gobernar en un silloncito en el mapa local, estamos instalados en una cultura necesaria de convivencia, a la que los contendientes actuales tienen poco apego. Los que jugábamos a defendernos, nos ha salido de chiripa el contraataque, los que se habían apoderado y vendido la piel de toro, sin darle más que afarolados, han hecho un guardia con el estoque. Visto el panorama cargado de calenturas, con sequía de agua en la bañera para bajar la fiebre, he puesto una bolsita de tila en la taza, porque aunque hecho a las trifulcas de mi Perchel callejero; tuve la alegría de expresar en mi último día de edil, que mi mayor logro en la extenuante gestión, es haber contribuido al clima de paz que se vivió en nuestro mandato en la Capital del Sur de Europa y Ciudad del Paraíso, lo mismo que deseo a España. Ojalá tome cuerpo el diálogo entre nuestros políticos, ante tanta disparidad y no pocos disparates.
Curro Flores
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