LA SALMODIA DE LA RIQUEZA
Goldman Sachs que a ustedes modestos del carrito de la compra, le importan un pito, pero que tiene un presidente que se llama David Salomons, heredero de la ganadería de los reyes de Israel, desde un pastor avispado a su honda a un masón de la cábala, vaya el Testamento a ser cierto. Ni está preocupada por los escraches a las sedes del PSOE, allá se las entienda España con VOX y sus peperos; un poco atenta está la inversora por el tiro a Vidal Cuadras, apunta a iraní y eso calienta el tablero mundial. En fin, como lo que me concierne tiene mal arreglo, me refiero a la paga y para 2075, no me quedará ni gota de aliento. Tomo como ciencia ficción las predicciones de los goldmancitos para tan lejana fecha, en las que nos anuncian el cambio en el podio de los países ricos del terruño: los yanquis y los cosacos, se dan un culetazo, para ponerse el oro y la plata, los de Mao y los de Gandhi, bronce para cowboys, y los africanos empujando a lo Níger detrás de los sandokanes. De Europa y, por sueltos, nada más que destacan los de siempre, la motora al paso de la oca y los creídos de la Isla del Tesoro. Nada se prevé de la UE en la especulación de los cerebritos, es demasiado think tank para les pitonisas de la pasta, saber si seremos turistas o invadidos, o si solo nos quedará la UEFA. Los que siguen la pista del dinero, no se despistan con los derechos humanos; por eso, de ser cierta la suposición; cabalga en desatino el que saque el manualillo, -de no sabe usted quién soy yo y cuáles son mis derechos; y lo de sentirse muy católico, si quedan procesiones.
Curro Flores
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