EL BLAS FRAILE
Venía bueno el Bonifacio, cuando la alegría le debiera salir por los caireles, el muy sombrón con la extra pendiente, le habían dado un sobeo sus nietas para ir de compras, porque empezaba el Blas Fraile; nos costó rienda entenderle el chamusqueo, pero por fin el más puesto de la partida, tradujo a la lenguaje de escaparates la irritación del Boni, era el Black Friday el sisador de su cartera. Llevábamos desde el día de los muertos compungidos, porque nuestros herederos nos iban a tomar a lo Halloween, si la incineradora no acierta; como en el hogar del jubileta el horario es de convento, no conocemos el after hours, salvo cuando la vejiga aprieta con nocturnidad y llegan los nietos con alevosía de la juerga. Por lo visto el presidente del semestre europeo sabe inglés, ahora que los brexit debieran hablarlo entre ellos, pero como cantaba Pepe Isbert en Bienvenidos Mr. Marshall, “Americanos, tras-la-rá…”. Cuando esperábamos que el mal humor se le pasara, a pesar de que Pedro Sánchez había pasado el listón y los listillos, lo de las protestas ante las sedes del PSOE le había sentado a cuerno quemado, pero más cuando algunos malhadados, habían osado comparar el gobierno de Sánchez con una dictadura. Bonifacio que tuvo barrotes con Franco, y supo del coste vital de la lucha por las libertades en tiempos de Fraga y yes very well fandango, no podía dar crédito a la desvergüenza de una oposición que si no se impone indispone. Don Pijote de la Plancha, atildado y con el manojo de periódicos a la vieja usanza, nos trajo la mala noticia del fallecimiento del querido Manuel Ruiz Benítez, en el Perchel, Manolo el Quitapenas, luchador antifranquista, gerente industrial de lujo y entrañable amigo; todos guardamos un respetuoso silencio, para posteriormente evocar todas sus magníficas andanzas por su Ciudad del Paraíso y tanta lucha.
Curro Flores
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