AL ADICTERO

AL ADICTERO

Pocos adictos hay que apretujen las salas de teatro, pero los que cupiéramos ya no necesitamos de la claque para dirigir nuestras exclamaciones. Ha aterrizado en el Teatro Municipal Miguel de Cervantes, TC, para los roñicas; la obra, Los Adictos, excepcional representación dirigida por Magüi Mira, con un reparto excelente de tres actrices, entre las que me permito destacar a Lola Herrera, por la virtud de su excepcional maestría  ante el respetable, labrada entre bambalinas añejas. Durante mi vida pública, más, tras la recuperación por el Ayuntamiento del  gran Teatro de Málaga, he tenido la oportunidad de departir y labrar amistad con algunas de los artistas destacados de nuestra escena, permitiéndome una adicción que me surgió a vivir los ensayos, arma de amor a los comediantes sin los secretos del apuntador. Cito a Nuria Espert, José María Rodero, Tina Sainz, José Luis López Vázquez y me perdería en nómina. De la venerada Nuria, saco de mi intimidad su última representación de Yerma, tomábamos un refrigerio y me espetó, -a tu ciudad solo se puede venir a tomar pescaito-, lo que para el novato edil ya le supuso un chasco y gran reto para su actividad en Cultura;  pero más importante fue el ejemplo, volvimos pronto para el ensayo del final de recorrido de éxito por toda España de la obra de Lorca, y su trabajo enfebrecido con los actores y tramoyistas durante cinco horas, fue como si fuera el del primer estreno, llevando el elenco tres años ante el público, que al final reventaba aplaudiendo y ovacionando su trabajo. José María Rodero, el gran Calígula, estábamos departiendo y a las tres de la tarde, quiso que fuéramos al teatro a preparar su actuación, se sentó en un saco de arena que estaba sobre las tablas, mientras los montadores trabajaban bajo su control, repitió su brevísima intervención en su parte del guión infinitas veces, a las varias horas llegaron, por la pinta, de la playa. el resto de los actores. Quedé admirado, cuando tras recitar su frase, Rodero provocó que el público se levantara a aplaudir enloquecido. La presencia de Lola Herrera y los comentarios que ha provocado, me han activado el espejo retrovisor, para que a mis amigos y conocidos que quieren vivir de la farándula, elijan el camino de seguir como adictos, si pueden, de promesa, cada vez que aparezcan ante el público una sin par como Doña Lola Herrera, porque seguro les será de más provecho que sus horas lectivas, con perdón de la academia.

Curro Flores