LIMONES AHORCADOS

LIMONES AHORCADOS

Los limoneros sufrientes del Valle del Guadalhorce y campiña aledaña, que tienen que dejar su cosecha colgada del árbol a expensan de que la gravedad haga el resto silente; cogieron 3 toneladas de solecitos de pureza, dispusieron sus mallas para que el respetable turista  paisano que pusiera sus pies en la Plaza de la Marina, se llevara sus limoncitos gratis; dicen que entre los agraciados, los gañotes viles, siempre los hay, había       quién quería melones, sandias, aguacates y hasta mangos. A veces cuando el dominguero va por esas lindes de amarillo y naranjas, echa el freno madaleno, para con fortuna poder alargar la mano sin pincharse, y trincar de valvulina alguna fruta escapista. Por desgracia, los generosos agricultores que repartían agrios, es porque tienen agriada hasta el alma de la injusticia que sufren, para poder mantener sus cultivos y no salir a pérdidas, frente a los vendedores y especuladores. Más o menos, un kilito les cuesta criarlo 0.35 céntimos, los del negocio se los pretenden pagar de 0.10 a 0.30 como mucho, cuando en el mercado los tienen de 2 euros, incluso 3 y pico. Me he tomado la pequeña molestia de leerlo todo, hasta la competencia sudafricana, en la que los salarios son de más miseria. Es instructiva la lectura de todas las limosnada que me he despachado en la Red, sobre las virtudes alimenticias y para la salud, que el fruto amarillo ofrece, incluso los salados cascaruos, ideales para lamerlos delante de un trompetista y que termine su solo en pedorreta. La Ciudad del Sur de Europa limita al Norte con la paradisiaca Finca de Concepción, uno de los jardines botánicos más bellos del Continente, junto a él se maneja con sed el pantano del Limosnero, vulgarmente el Limonero; puede que sea triste saber, antes que la autoridad incompetente lo logre, que los limoneros de la Plaza de la Marina, pronto pasen al gremio de limosneros,

Curro Flores