sábado, 6 de enero de 2024

UN EMAIL A LOS REYES

UN EMAIL A LOS REYES

Correos que tendrá la plantilla arriñonada por las fiestas navideñas, ha ampliado su eficiencia, creando una paginita web para inocentes infantes, por la que se puede enviar la carta a los Reyes Magos; me imagino que en la Nube hay un tropel infinito de pajes, ordenando las misivas y repartiendo los paquetes de regalos; para que las que las tropas amazónicas echen el bofe de puerta en puerta. Los galos tienen la dichosa manía de desear prosperidad durante todo el mes de Jano; acá, desde los cagonets hasta la Costa del Sol, con un -¡felices Reyes!, cerramos los buenos deseos al prójimo,  atropellados por la  dichosa cuesta de Enero. De todas maneras, fueran reyes, magos, ricos o sabios, la invención de los tres dadivosos oferentes del Nacimiento, ampliables hasta doce en Armenia, es de las únicas creencias que perviven en mi interior, porque amén del negociazo, hacen felices a los niños y, con mis achaques hace florecer en mí el eterno ser infantil, todavía conservo el convoy preferido venido por despiste del Oeste para disfrutarlo escorado en la alpargata. Me llevo una profunda alegría cuando veo el esplendor de la Cabalgata, esa algarabía a grito pelado sin petardos: en tierra andaluza tan generosa en cofradías, el Trento marcó mal el paso, porque debiera haber entronizado las devotas  imágenes de los de Oriente, más que someternos a los iconos de dolor, martirio y sufrimiento de Cristo. Como saben, sigo en la vieja cultura de leer a diario, el papel de envolver pescado, por más que desde el móvil y  ordenata sopeteo al amanecer las noticias. Siete del corriente: -la guerra de Gaza entra en la fase más peligrosa de contagio regional-, es la primera noticia y, nos llega de la tierra del oro, incienso y mirra; terrorífica manera de hacernos la Pascua.

Curro Flores

 

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