NO TIENEN QUIEN LE ESCRIBA

NO TIENEN QUIEN LE ESCRIBA

Son 11.661, no llevan uniforme, pero son los infantes que desfilan por las colas de las 152 entidades sociales que distribuyen alimentos, con sus familiares y más;  llegan los vulnerables malagueños a 40.327 personas, que consumen de caridad 1.100.797 platos preparados por BANCO SOL; en gran suma, más de 4.600 toneladas de alimentos repartidos en 2023. Estos terribles datos para nuestra vergüenza colectiva, me los ha enviado, mi dilecto Diego Vázquez, generosísimo y eficaz presidente de la entidad benéfica, que se vuelca no dejar al hambriento sin un bocado.     El titular remedado a Gabo, viene a todos los casos, poca literatura y vocerío de denuncia, pánico, debate político; se hace eco del dato escalofriante de que en nuestro paraíso turístico de tantos tenedores de restauración, hay más de once mil chaveitas para migajas de novelas picarescas. La verdad es que ayer visto el panorama sanitario, encima con virus; el dato de que entre 7000 licencias para viviendas, exclusivamente 70 se han visado para viviendas sociales; el desparrame de una instalación de enseñanza y que vamos a criar telarañas en los botijos. Mis más de 45 años militando en la causa socialista entran en rebujina; no sé el de los otros creyentes, pero en definitiva en nuestra sociedad, parece que llevamos chalecos de seguridad instalados, para que no nos duelan los golpes de pecho. En las municipales, las viviendas sociales no votaron; las listas de esperas de los pacientes impacientados, sientan en el Palacio de San Telmo, al culpable, Juanma I; las viejas edificaciones de colegios públicos, tras un desplome, ahora prometen echarle un ojo; por si fuera poco, se gasta saliva, cuando no se sabe gestionar una gota de agua en la pertinaz sequía. Hemos edificado discursos y controversias sobre el Caballo de Troya periférico o quién monta el caballo de Santiago en las gallegas; pero será por aporofobia, “rechazo, desprecio, aversión y temor hacia el pobre, que no nos puede devolver nada a cambio”, nuestras conciencias no se distraen con sus guiones de tristezas.

Curro Flores