EL SÍNODO DE DAVOS

ELSÍNODO DE DAVOS

Cada añada destila el tonelaje del sacro poder mundial, su filia apocalíptica, con algún personajillo a prueba que, se ha colado por las urnas o por sus meritajes, para que cunda que el conjunto de los potentados, tiene alguna sillitas de quita y pon para neófitos de obediencia. Hoy  a mis correligionarios, de fe inquebrantable en la igualdad, les va ponerse bravo porque Pedro Sánchez esté en el cónclave suizo parlando inglés, en su calidad de no sé, si por los pelos o por presidir la Internacional Socialista; tampoco estoy para averiguarlo siendo un mandado o sufridor del Insersato. Ya hace tiempo que los desfiles de moda, han tomado pasarelas de tugurios y que las marcas ponen en el top pingajos a lucir plebeyez; por tanto en inmensa mayoría me contento, de que nunca se me haya esperado o espere en los Alpes ricos, para lucir mis pliegues. No sé si tocaba,  o va de ocultismo las cuentas de las ganancias del COVID, pero estoy seguro que entre los capitostes de solera fijos en el evento, a más de uno le entrará la risa floja en sus conciliábulos privados. Como a esta familia de Rockefilias, les van las sybillas y un poquito de taumaturgia, cada temporada marcan las tendencias de la economía, la política, los conflictos de su mapamundi y como novedad las pandemias, visto los efectos de la gran mascarillada. Aunque la mayúscula es indicador de conjunto y la x de sus elementos, X sin bailar el twiter, es la nominación del virus letal que se nos anuncia y nos acecha a la vuelta de esquina, parece ser de consecuencias devastadoras, si no encuentran remedio les lumbreras de los laboratorios farmacéuticos. Para acreditar el oráculo se han llevado a don Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud, después de salir escobillado de la pasada pandemia. Si el cuerpo aguanta, me toca especular, para entretener la jubilación, sobre las razones geopolíticas para que aparezca en un mercado ignoto, el primer x infectado por el nuevo virus.

Curro Flores