lunes, 15 de enero de 2024

DE MI PUEBLO

 

DE MI PUEBLO

Al tropezarme los lunes al sol con su bufanda invernal, toca esperar el caldito de pintarroja y las huestes con oficio y colegio, al abrigo de la mesa de camilla, en la que te despachan una peli de pistolas o de espadas por la 2, de exteriores en Tabernas o mandangas de Telecitta; ayer por más suerte, MACISTE CONTRA EL JEQUE era la que pasaban: cartón piedra, turbantes a granel, una mijita de harén, un león a asfixiar por la estrella, extras cristianos y moros a mamporros del coloso, palacetes y mazmorra. Al calabozo puse oídos, porque allí tenía el jeque acurrucado en cadenas al Duque de Málaga, nobleza inexistente en nuestro santoral, pero que sus cuitas me tuvieron más atentos que en Sospechoso Habituales; por la trama, muy de andar por casa, pero que puso al Gran Visir a hablar con envidia y de  urdir la ansiada vuelta a la Ciudad de Paraíso, cien años después del fatídico de  19  Agosto de 1487, nuestra Feria (de la Católica). En fin un rato más de malaguita, en el que me acordé de nuestro profesor, don José Jiménez, de aquello de Formación del Espíritu Nacional,  alma ahora transmigrada a palcos de estadios árabes, quién nos decía que en los programas de alfabetización de la Falange posbélica, los pueblerinos disfrutaban más si los cortos que proyectaban, tenían escenas de su terruño, aplauso incluido. Por mi querido Carlos Taillefer, cineasta de trabajo, culto y cultivo, Por la Gracia de Dios y de él, pude conocer las películas en las que plató e intriga, transcurrían entre Gibralfaro, los percheles y La Farola; como Amanecer en Puerta Oscura, de bandido Rabal, amnistiado por El Rico, en procesión por el Patio de la Aduana; en fin, hasta El Piyayo, con mi vecina La Loli de bailaora por La Coracha. Rollos de nostalgia localista que convocan mi ego paisano, o de munícipe de repetición, cuando me convirtieron la Casona del Parque, su Salón de los Espejos y la Alcaldía, en el centro de control de los servicios secretos de Churchill, en la cinta El Hombre que Nunca Existió, lo que me hizo rebobinar las escenas doscientas veces, por si veía de oficial inglés algún ordenanza conocido.

Curro Flores

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