jueves, 25 de mayo de 2023

EL PUEBLO BLANCO, MOJÁCAR, SERRAT

EL PUEBLO BLANCO

Mojácar, estoy seguro que si Joan Manuel Serrat, ha conocido la noticia de la compra de votos, allá dónde: -“Colgado de un barranco/Duerme mi pueblo blanco…”; estoy convencido que le habrá embargado la tristeza, tanto o más que a mí.

Hace tantos años camino de Almería, por la carretera en la que sufrió “La Desbandá”, pero con el sosiego del que va a turistear al Cabo de Gata, al bordear un pueblo encalado hasta las “nubes que no ven nunca el mar”, descubrí la belleza de Mojácar. Quiero recordar que Serrat había actuado varias veces en conciertos de promoción en la zona turística nacida a orillas del mar, en la falda del casco lugareño, organizados por su amigo José Luis Martín Lorca, promotor turístico y posteriormente ganadero de toros de lidia. Por la persona que me contó el hecho, no me cupo suda memorizarlo con afecto, porque aquello que escuchaba reiteradamente en mi juventud, la canción El Pueblo Blanco, se la llevaron las musas al alma de Joan Manuel en una de sus estancias “Por sus callejas de polvo y piedra”.

Antes de la jornada de reflexión, concernido en el interior de nuestros ideales y militancia, al igual que Serrat, por la más  abyecta de las conductas electorales, la compra de votos a lo Pollo Robledo, de censados en Mojácar,  presumiblemente por siete empresarios, dos de ellos en la candidatura del PSOE, la desolación trata de ganarle a la esperanza.

Desde poco después de la muerte del Generalísimo, por suerte de la fortuna de mi militancia socialista, fui instruido en las artes electorales, cuando de eso ni se soñaba, las cosas de Alfonso Guerra, siempre adelantando. He participado en tantas campañas que, ahora me parece mentira la  de veces que ganamos, las nacionales, autonómicas y en especial las municipales de la ciudad de Málaga, acompañando a Pedro Aparicio. Después de todo lo verbalizado y escrito en elecciones, nunca en mis reflexiones de tantos porqués, acababa cerrando el trato pidiendo el voto, quizá por un extraño pudor y porque para mí estaba todo dicho.

Me ha repugnado lo pasado en el lugar del olvido que, “Por no pasar, ni pasó la Guerra”, pero si nos pudiéramos  “unir a los vuelos de paloma”, pedir perdón a las gaviotas agraviadas, porque los buitres serán expulsados y abochornados, hasta por los que “están en cautiverio/Y no los dejan salir del cementerio”.

Curro Flores

 

 

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