LA NOCHE EN BLANCO Y NEGRO
El “after”, viene a ser un “before” para los juerguistas; pero para la cultura a pesar de los 400 euros del bono joven, los dos euros de las entradas a nosotros para acoquinar por una localidad en el cine de barrio desaparecido para crecer en bloque; la noche en blanco, el antes y después del disfrute colectivo de nuestros bienes espirituales, ni se pasa en vela guardando armas de Quijote, a pesar de los pesares institucionales que, la viven negra convocando a algo más instruido que el jolgorio. De tales oficios fui aprendiz y maestro.
La iniciativa parisina aparecida con el nuevo siglo, de espabilar los fantasmas de los museos, llenando galerías del Contemporáneo, para encender el fuego fatuo del gusto por el arte bóbili, bobilis; no deja de ser una feliz iniciativa que ante pandemia, convocó el trasiego de más de 200.000 espectadores de la Ciudad del Paraíso, primera en el peligro de la libertad y adelantada en el gorroneo.
He leído el menú cultural, entre ágapes callejeros, a disfrutar por la concurrencia esta noche; como sobre disgustos hay tela escrito, me salto del guión de madrugada, lo que las cocinas de nuestras corporaciones y patrocinadores, van a servir en la bandeja de golosinas instructivas.
El alto en la campaña municipal, para el cultivo del pueblo, seguro encontrará instantáneas del dónde están los Wallis candidatos que, irrumpiendo con su tropel, discretamente se darán su garbeo, para emborrizarse de masas noctámbulas ávidas del disfrute del conocimiento.
La Ciudad de las escasas tabernas, son historia, infinidad de bares, restaurantes y chiringuitos, más poquísimas librerías y centros culturales de proximidad; merecería mítines mesiánicos a lo don Tancredo esta nochecita, en las esquinillas de los charlatanes, dados por nuestros aspirantes a ediles; comprometiéndose a declarar los 365, hasta las fiestas de guardar, días en claro, para que todos los ciudadanos puedan disfrutar, pagando lo justito, de los valores de la más selecta creación a la vuelta de nuestras esquinas, a quince minutos no es nada.
Curro Flores
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