LLUVIA DE JACARANDAS
La luminosidad cuaresmal de los árboles en nuestras calles y avenidas, animan nuestra vista de la ciudad en campaña, luchando por más árboles que grúas; las nubes de jacarandas nos enseñan el Paraíso, pero el carril que le queda al jubilado, entre las aguas de mayo y la lluvia morada, han convertido en pista de patinajes nuestras aceras, de morrón seguro para urgencias.
Dicen los del memorión que, doña Celia, alcaldesa, tuvo en jaque a los de Parques y jardines, para que plantaran a troche y moche jacarandas y, fueron más que obedientes para no aguantarle sus desplantes; así que en el recuento de aquello tenemos 6.500 y 80 equipos de la empresa de limpieza, recolectando sus flores del pavimento; pero belleza de pocos días, ya es algo en el ladrillar.
El espectro del morabito de Santón Pitar que, con su caracola convocaba desde el punto más alto a los verdialeros, ha llamado a riada axárquica, porque en su secadía montuna se registraron ayer casi 100 litros por metro cuadrado. Llevo varios días con mocasín veraniego, pero ayer desempolvé las botas de agua, más el sayo de cubrirme de las lagrimitas del cielo, razones del refranero.
El cambio climático está tan servido que, los augures del AEMET, pronostican asomándose a la ventana, porque las previsiones del móvil para 10 días se trastocan cada segundo. Ayer llovió, pero más le cayó a Paco de la Torre, el Insistente, en el primer debate a cuatro de las municipales; desde Dani a Losada, pasando por Morilla, le endiñaron estopa; don Francisco no pudo utilizar, cosas de la vida, al tránsfuga, Juan Cassá, para que le aliviara el trámite, con su turno de cobro sustancioso.
Chapado al odre de ser leyenda de Guinness, Paco, pesadísimo; el cambio le trae oscuros nubarrones a su tiempo, para que el 28 de mayo renazca una nueva primavera en la Ciudad del Sur de Europa, a escobazos limpios con las hojas de jacaranda y la mugre acumulada en los barrios.
Curro Flores
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