domingo, 6 de agosto de 2023

BUCHITO AL FLAMENCO

BUCHITO AL FLAMENCO

Los flamencos que tienen su propia compañía de vuelo de hidroaviones, saben ya lo que el calentamiento global les significa en costes y desvíos para sus planes de vuelos. Su terminal de Fuentepiedra de extraordinarios servicios antaño, con materno infantil exclusivo, se ha quedado de piedra en secano, sin más gotas que la del  botijo del lugareño busca ranas. Las exóticas aves han aterrizado en la desembocadura del Guadalhorce, para mojarse las patas, igual que hizo antaño la familia emigrante filipina con su cerveza San Miguel en 1966, para mojarnos el gaznate, con su sobrina Isabel Preysler en el lote. Los caminos del señor son inescrutables, las nuevas rutas de los pájaros, pueden  provocarles más de una pájara. Los expertos en sostenerla y no enmendalla, casi el primo de Rajoy dixit, les gusta más lo del cambio climático por efecto ventilador que lo del calentamiento global, aunque sus asociados de VOX, se quieren ventilar todo lo que conocimiento y progreso alumbra los signos de los tiempos. De nuevo en las alturas, mientras el grifo aguante a la espera que se inunde la Laguna, Fuentepiedra cultiva la Pitaya, nuevo atractivo emprendedor, porque el aceite de La Laguna de Fuentepiedra de excepcional prestigio, su virginidad extra se ha puesto por las nubes. Don Francisco de la Torre ha decidido que ahorremos agua, así que los turistas y aborígenes, tendremos que ir tan salaos al chiringuito, pero como está chorreando lo de la arena en las metideos, nos podemos mojar los pies, para estar lo más flamenquitos posible. Si las calores no lo impiden, voy a tratar de darme una vueltecita por el río, para quedarme apavado viendo la pajarraca; aunque de persistir la alerta roja, vamos a tener que remojarnos los pinreles con tinta de calamar, pregunten en la Axarquía, donde nada más que gotea el colirio.

Curro Flores

 

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