sábado, 5 de agosto de 2023

RAFAEL INGLADA

RAFAEL INGLADA

Sería en uno de aquellos ocasos primaverales en la cafetería Horizonte, de la calle Cervantes, la que al norte tiene los corrales de la Plaza de Toros de la Malagueta y al Sur la Iglesia de San Miguel, tanta España, donde la lluvia del Castillo de Gibralfaro, iba al mar para  tomar las sales del Mediterráneo. Conocí a Rafael Inglada, poeta jovencísimo, vibrante y jovial que, venía a sahumarse  a nuestra tertulia inolvidable que, tuve la suerte de compartir con Rafael Pérez Estrada, Ángel Caffarena y el Príncipe de Asturias, Pablo García Baena. Por esa suerte, tuvimos la oportunidad de incorporar a Inglada a la casi recién nacida Fundación Picasso, regidora de los destino de la restaurada Casa Natal del pintor malagueño. Rafalito, en confianza, esta mañana me ha dado una nueva alegría, entre las noticias patuletas y opiniones ignaras de que se cuece entre los posibles desavíos del futuro puchero gubernamental. Ha nacido su nuevo trabajo, Pablo Picasso. Libro de las conversaciones, publicado por la editorial Cántico, y que nos muestra textos de entre 1913 y 1971. Ya me huelen los pies a camino para encontrar en la librería de paso de peatones, para encontrar esta fruta deseada. Inglada poeta, figura en la Historia y crítica de la literatura española de Francisco Rico y Darío Villanueva; como editor primoroso y riguroso es una figura cimera de la herencia malacitana de Litoral, de Manuel Antolaguirre y Emilio Prados; pero como investigador picassiano nos ha dejado textos extraordinarios, con el nuevo diez, donde podemos hurgar desde su profunda infancia de niño precoz, en una biografía esencial, a multitud de cuestiones fundamentales menos estudiadas del pintor. Hace muchos años, antes de abrirse al público la Casa Natal, la UNESCO, dirigida por  el senegalés M´Bow, gracias a las veces de su secretario Francisco Carrillo, declaró la Casa de Picasso, biblioteca universal sobre su obra; para iluminar su puesta a punto, nos envió a la doctora Marilyn McCully, al punto gran biógrafa del genio y conocedora de la difusión bibliográfica mundial de nuestro artista; quiero recordar que por aquellos días en que frecuenté su amistad, más de 52.000 libros en todos los idiomas  del orbe se referían a Picasso, de los cuales muchos países, atendiendo a la llamada de la UNESCO, tuvieron a bien enviarlos para enriquecer nuestra biblioteca. Marilyn se guiaba con más soltura por la Plaza de la Merced y sus aledaños mejor que un ditero; Plaza que como edil olvidé cambiarle el nombre, ya que de la Iglesia que la nominaba, solo queda el bloque que la afea. Todavía estaba por incubarse la inmensa obra de Rafael que, seguro conocerá y habrá complacido a la señora McCully. Pocas veces pienso en los dineros, pero ahora que la inmobiliaria de Warren Buffet, quiere hacer su agosto en Málaga, divago de cuál no sería el reconocimiento pecuniario de la obra de este heredero irremplazable de la esencia familiar y creadora de Pablo, visto la fortuna que ha legado a sus congéneres menos estudiosos.

Curro Flores

 

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