EN ROMÁN PALADINO
Francina Armengol, senyora Francesca, presidirá la Mesa alargada del Congreso, sin necesidad de que Merlín, haya conseguido imponer su verbo de los sillones de la Tabla Redonda; lo que va en desdoro de nuestra gran población residente en la Costa del Sol y jerga de algunos malandrines de los libros de caballería. Mucha cooficialidad pero pocos guiños a nuestra industria turística y a los místeres en casas con licencia, o pendientes de un milagro de la golfería política local, permisiva con los casoplones (in english-Ours Homes), que se atalayan en nuestros eriales del Al-Ándalus. Ya destacaron como noticias curiosas los alcaldes y concejales, que tomaron su encomienda municipal en los ayuntamientos axárquicos, donde en los despachos y pasillos, se entona el “very good”, pero con gaita y sin fandango. Salvo el chino mandarín y el magrebí, a nuestras alturas de Presidencia UE, nuestro Congreso, al menos por los seis meses de turno, debiera tener como lenguas oficiales, las babélicas del Parlamento Europeo. En fin, aunque en perchelero, mi mejor patrimonio universal es el castellano, hasta de peli yanqui, doblada por los “manites” mejicanos. Pero como mis procedencias son campesinas, de terruños de huertas cordobesas, que de pequeño veía a mis tíos volver en vacas de Cataluña, y me soltaban lo de “rape nano” que todavía no sé lo que era, pero así me demostraban que chamuyaban catalá. En fin, como también tuve yeyo secundón de Bilbao que brindaba con txacolí, entre mi más que parda geografía de España, sentí que allende brincara rocinante por la piel de toro, el mesonero, menos román paladino, podría decirle ¡sooó…! En otro relinche aborigen. Como el pobre tiene que alegrarse con la Primitiva en lista de espera, por si toca, he sentido la intima satisfacción que los nietos de mis “oncles”, puedan seguir al parlamentario Rufián en su lengua de origen.
Curro Flores
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