lunes, 21 de agosto de 2023

LOS ÚLTIMOS DE LA CALLE SAN MIGUEL DE TORREMOLINOS

LOS ÚLTIMOS DE CALLE SAN MIGUEL DE TORREMOLINOS

A los que tenemos historieta, a veces los periódicos nos resucitan memorias que renqueaban entre los años y los achaques de la cocola. Ayer de improviso me encontré con la noticia de los cuatro establecimientos que perviven en la mundialmente famosa San Miguel street de Torremolinos, desde los años en que era la más conocida barriada malagueña. Empezaba con la marisquería La Chacha, cuasi self-service, la que me evocó un aperitivo con Aparicio y el histórico Andújar, previo a dirigirnos con su bólido de Pedro recién estrenado, a inaugurar la sede socialista de Benaoján, presidida por el insigne Melgar, ¡qué tiempos! En la guantería Costa del Sol, ni me fijé de paso, poco pega su aguante entre tantos bikinis. A la vuelta de la cuesta del Bajondillo, con la arena en las alpargatas, muerto de hambre, todavía me tientan los olores a paella y sangría de La Bodega. Si me llegaban los cuartos, caía un cucurucho de helado en San Miguel. Curiosa cabeza, pero si algo echo de menos de los pasos juveniles de antaño y algunos más recientes, es el portal de la discoteca Piper´s, en la que tantos Sábados Santos, nos arracimábamos en una cola, esperando que a las doce de la noche se levantara el luto nacional-catolicista, para apretujarnos en un soul de las mil danzas. Pero más recuerdo a Frank Rebajes, el joyero más creativo, con sus gatitos de angora en el escaparate; de visita al alcalde de Viena, en la delegación oficial estaba Miguel Escalona primer alcalde de la Villa, al saberlo el vienés, mujeriego de pro, alborozado le dijo que a su quinta esposa en el viaje de novios le regaló un anillo de Frank. Curiosamente, por su amistad con Eugenio Chicano, con un representante del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Rebajes nos llevó a la primera planta de su histórico local, dónde nos mostró sus extraordinarias esculturas móviles basadas en la Banda de Möbius y sus influencias por el Yin y yang; hoy, gracias a la generosidad del autor, engrosan el patrimonio del Museo de Málaga. Bastantes historietas.

Curro Flores

 

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