TURISMO DE FACULTADES

TURISMO DE FACULTADES

El Rector, de la muy noble y hospitalaria Málaga city, está como para encomendarse a la “obolación”, tal como hizo la Diócesis, para arreglar la techumbre de la Manquita, alias Catedral de Málaga. Le fallan  las cuentas, por esos sobrecostos que siempre aparecen en los ladrillos finales de cada obra pública,  4.600.000 euros para acabar la nueva Facultad de Turismo. Desde que el Turismo es un gran invento, cuando los ancestros de los dueños de las empresas de playa, no eran ni chiringuiteros, sino que tiraban del copo, tras aparcar las jabegas en la orilla, las olas han dado un gran vuelco. En los oficios municipales atendí a una delegación japonesa extremadamente previsora; conocedora de nuestro desarrollo turístico, pretendían le respondiera a sus doscientos folios sobre nuestras especulaciones previas al desarrollo de la gran industria de la Costa del Sol; les dejé de una pieza al contestarle que estábamos retozando en un chozao playero, cuando nos cayeron los guiris volando a ponerse morenos. Llueve casi nada, pero ha llovido desde entonces y seguimos estando overbooking. Si tarea prioritaria para el empresariado, viene siendo buscar camareros y personal de servicio, que se sacudan el paro estacionado, preparados para atender la comanda a tres ochavos la jornada de sol a sol. Es a todas luces prioritario la formación de nuestros estudiantes del gremio, en las nuevas instalaciones que se barajan en la Universidad; aunque de aprender el chauchau y asar espetos tengamos decenios cum-laudes; incluso reinventamos los menús con nuestras innovadoras escuelas de hostelería. Desde que Fraga se puso el meyba para bañarse en Palomares, con contaminación del NODO; los signos del cambio requieren un rigor académico; por lo qué los generosos patrocinadores de nuestros pagos, deben a aflojar el bolsillo, porque tendrán indulgencia plenaria al contribuir a tan acertadas edificaciones humanas, sin auxilio divino, pero de educados soportes para el negocio.

Curro Flores