DE CINE

 DE CINE
Antes de iniciar el pianista el soberbio acompañamiento a la película de Charles Chaplin, The Kid, me dejó turulato con la información de que el intérprete del enternecedor niño, Jackie Coogan, terminaría interpretando al Fétido, de la familia Adams. A mi admiración por el séptimo arte, no le habían llegado esos efluvios, estoy seguro que mi admirado amigo Carlos Taillefer, hacedor y conocedor de lo que se cuece en la pantalla, a  Mr. Coogan se lo olió de sobra.
Muchas veces he jugado a las películas, con la mímica misteriosa del que no puede, ni por asomo, imitar a Marcel Marceau, ni a un concejal provinciano; pero la evidencia obliga y me las acertaban todas, mientras el menda se perdía en los soplidos de lo que El Viento se Llevó.
He tomado estos derroteros, porque la política nos ha dado ilustración, para comparar algunos de nuestros líderes, excepto Frasquito el de Raza, por dictador desagradable y abusón del NODO; con personajes de película, aunque la llevaran muy adentro.
Era frecuente asociar a don Manuel Fraga, fundador del PP, como Franquistein, bastaba ponerle dos taponcillos en las sienes. Como la soledad del poder es lo más científico de las llamadas Ciencias Políticas, a ninguno de nuestros presidentes de la democracia, nos ha faltado verlos, en los momentos de zozobra, como Gary Cooper, en Solo ante el Peligro.
Es de copla y ripio, ver a don Alberto Núñez Feijoó, interpretando Amistades Peligrosas; porque lo suyo es querer elevarse sobre sus Cumbres Borrascosas, con pinta de cine de barrio.
Los restos de Ciudadanos, los veo cantando Yo te Diré, en Los Últimos de Filipinas. Marlasca se me queda solito en El Desastre de Annual; mientras doña Margarita Robles, se busca en ¡Ahí va otra recluta!; mi querida María Gámez, se empeña sacarnos a relucir sus Guerreras Verdes.
El cine desde El Viaje a la Luna, de Georges Mèliés, ha dado para muchas Huida, siendo una Gran Evasión, para un territorio  repleto de Sospechosos Habituales.
Curro Flores