UNA LEY PARA EL DOLOR
Me aflige que cinco condenados por delitos sexuales hayan sido excarcelados, y la rebaja de las condenas a otros quince presos, en aplicación de la Ley Orgánica de Libertad Sexual. Lo que me lleva a reclamar el cambio de la Norma, más las lógicas consecuencias que se pudieran demandar de la ministra Montero, por su incapacidad al prever las consecuencias de su modelo jurídico del “sí es sí”. Como de temores de acusaciones de machismo, por mi feminismo comprometido, doy quinquenios a cualquiera de la tropa de las nuevas agredidas timonelas, me importa un bledo sus bravatas.
También me repugna en lo más profundo de mi conciencia social el nepotismo, cosa que el adalid Iglesias tiene por bandera; porque a ojos de todo buen cubero, no ha demostrado su ministra Irene Montero, las altas cualidades que presumía conocer el exlíder de Podemos.
Conocidos los fogonazos de los ilustres y, ya escasos, correligionarios podemitas, a cualquier insinuación que trastoque sus artes en el mando. Me erijo en incólume, por el trato que tuve con los de su devocionario histórico, fieles a la Revolución de Octubre, cuando a los socialistas democráticos y socialdemócratas nos llamaban los últimos administradores del capitalismo.
Menudo anticastista, que se pone la dacha en Galapagar, antes de iniciar los repartos de los quinquenios entre las tropas sin vivienda. Me imagino que para veranear, habrá pensado en Marbella, no con Aznar, sino con algunos de aquellos devotos del comunismo soviético, que tomaron el petate y el montante tras la perestroika, para vivir sus nostalgias en un chalet de la Costa del Sol.
De administradores del proletariado, han pasado a ser los neocapitalistas agresivos; hasta la dictadura China, ha cambiado el purismo del análisis marxista por el desparrame de la escuela de Milton Friedman.
Como soy socialista disciplinado a la vieja usanza, las actitudes respondonas de Page me incomoda; pero antes que salga la Manada de presidio, si me lee un influyente, creo que Pedro Sánchez debe poner orden en la tropa, con el buen juicio demostrado por Yolanda Díaz de asociada.
Curro Flores
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