sábado, 12 de noviembre de 2022

¿DÓDE ESTÁ QATAR?

 

¿DÓNDE ESTÁ QATAR?

La vendedora de castañas veroñiegas, tenía el transistor y el móvil de imaginaria, esperaba como gran aficionada la lista de Luis Enrique; varios compradores se arremolinaban al humo esperando la fumata blanca. Los otros Williams percheleros, nuevos en el castañeo, esperaban que el Ansu Fati, bisauguineano de Marinaleda, estuviera en la convocatoria del asturiano; al que odian en la Palmilla, por no seleccionar a su ídolo Brahim.

El redicho, con prisa, mientras esperaba que le llenaran el cartucho, disparó su divinas palabras a gritos; -¡mucho fútbol, para tapar la sedición de Sánchez! Inmediatamente, Antonia que estaba en la cola con su nietecita, cogió la mosca sociata, respondiendo al vocalista, - por lo que yo sé, aunque hay sequía hasta en la pila bautismal, el presidente no nos va a dejar sediento a nadie, menos sedición, que se le ve el plumero.

La sedición quedó aparcada, mientras se removía la olla; el tema que importaba era la ausencia de Sergio Ramos, la más flamenca, dijo al respecto: -primero lo echan del Madrid y lo mandan a la emigración, y ahora no lo quieren en la Selección, encima dándole una alegría a los catalinos, escogiendo a siete de la plantilla del Barça. Menos mal que asomó el hocico una rata, y al unísono se pusieron a disparar contra el alcalde, temario más facilito, -muchos ángeles en calle Larios, y pocas escobas en los barrios-eslogan celebrado.

Mientras Antonia soplaba  la castaña pelada para su chiquilla, se despidió el sabiondo quemándose las manos con su paquete. Rosa preguntó, -¿y dónde está Qatar?, la castañera tomó el compás: -hija, eso es en el Golfo, así le pusieron por el moro, que dejó al Málaga para ponerse a asar castañas; en el sitio que llevan a las gachís vestidas de monjas de las de antes. Antonia, al loro, -pues yo estoy esperando que al primo, el príncipe auténtico, le dejen construir el hotelazo del Puerto, a ver si mi Juani se coloca por fin descargando maletas, que para eso lo apuntamos al gimnasio.

Rosa se despidió de prisa, antes de que en  la cola del banco de alimentos se formara una auténtica rebelión. La olla se llenó de nuevo, mientras su humareda impregnaba a la calima. La rata se entretenía en el suelo con las cascaras.

Curro Flores

 

 

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