NIDOS CON DRONES

 

NIDOS DE DRONES

La policía harta de camuflarse de ambulancia por los atascos, ha conseguido pellizcar los presupuestos para auxiliarse de los drones; así a vista de pájaro encontrar el escape o la guarida de los delincuentes.

Los que presuntamente estamos limpios de polvo y paja, no nos debiera de preocupar ese gastillo, incluso poner carita de bulerías ante el invento, que puede pillar al vecino de arriba, regándome la ropa con el agua sucia de sus macetas al mediodía.

La concejala que trata de que seamos aseados, amenaza con una camarita después de un baldeo en regla de los servicios de limpieza, para pillar infraganti a los guarros que ensucian. Imagino que una partida de pajaritos de metal anidados en las terrazas de las torres de Paco, podrán otear el incivismo, menos el de los pajaritos que deponen en el enorme árbol de la asquerosa sombra inútil, que tiene a mis colindantes de puntillas.

En Espías desde el cielo, podemos hacernos una idea, como Helen Mirren puede hacer de bruja mala, con el control de esos bichitos teledirigidos; aunque sea persiguiendo a terroristas, como la causa mayor.

A los calvos no nos debe faltar la gorra de camuflaje bicolor, a la concejala la peineta y mal que no llueva, no olvide llevar un paraguas, por si el moscardón férreo agudiza en el canalillo.

Desde el reclamo de la perdiz, las aves de cetrería, las palomas mensajeras; los humanes hemos tratado de buscarle utilidad hasta al huevo de Colón. Lo que no nos previno Julio Verne, ni el vuelo de los avioncitos de papel, es que a la vuelta de las esquina, antes de ayer por más seña, el gran vigilante iba a mirarnos desde el cielo, para no hacerse la vista gorda, ante los atropellos que les pilla de juerga a la pacífica convivencia urbana.

¡Al ladrón!, pero con dron.

Curro Flores