EN EL AÑO PICASSO
El 25 de Octubre de 1981, la primera Corporación democrática que presidía Pedro Aparicio, organizó la conmemoración local del Centenario del nacimiento de Picasso. Hoy se recordaría en sepia la modestia de aquellas actividades, pero que constituían el primer reconocimiento oficial de la relación de la ciudad de Málaga con su pintor universal. Participaron en el principal acto programado, don Jorge Guillén y lo clausuró la voz de Victoria de los Ángeles; también los niños disfrutaron de unas actividades lúdicas en la Plaza de la Merced, frente a su Casa Natal, entonces de vecinos, con una pollería en la puerta. Aún guardo algunas instantáneas en el cajón de las nostalgias. Visitamos incluso a Juan Carlos I, la Comisión creada para el evento, para entregarle la medalla conmemorativa, obra de Berrocal.
Fue tan así, que el ministro de Cultura de UCD, don Iñigo Cavero, delegó en su secretario de estado, don Javier Tusell, la representación del Gobierno. Por aquel tiempo todavía el desconocimiento dudaba si Picasso era malagueño; encima los jerarcas de la tribu franquista de las se habían encargado de trasmitir el bulo, del rechazo del artista por su paisanaje de bautismo. Incluso quiero recordar que fui espetado por algún colectivo asociativo, de aquellos de corte progresista, en mi calidad de edil de participación ciudadana, por los gastos ocasionados en los modestos eventos.
Después de una ardua lucha, en la que tuve el protagonismo de ser concejal de Cultura por doce años; se compró y se restauró su Casa, para que millones de ciudadanos del orbe la visitaran; se enjaretó la primera de sus exposiciones, Picasso Clásico; se declaró la biblioteca de su domicilio, Centro de Investigación Universal sobre su figura, gracias a la Unesco; recibí en primicia de Christine Picasso, el deseo del pintor de tener su Museo en Málaga, por su gracia cristalizado para nuestro orgullo; y tantas y tantas cosas.
Las corporaciones posteriores, la Junta de Andalucía, Christine y su hijo, han dado más alas a la cosa, que apenas empezaba a volar en nuestros días oficiales. Hoy ya conocemos el programa malagueño de recuerdo al cincuentenario de su fallecimiento; leo el titular de que “Málaga se vuelca”, para lo que el Ayuntamiento convoca al mundo, guiado por el Cometa de los pinceles. A veces las cosas pasan como se querían para mi alegría, aunque los destinos del Señor son inescrutables; más con un Franco por medio.
Curro Flores
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