LA SENDA VERDE
La empresa IBERDROLA, que preside Ignacio Galán, acumuladora de grandes dividendos, asociada a los cataríes; avisada por los yanquis del inminente ataque ruso a Ucrania, por lo que protegió sus inversiones y negocios en el putinazgo; envuelta por un contrato con la gorra de Villarejo; de indeclinable batalla florentina con el presidente Pérez del Real Madrid; así puede uno seguir hasta quitarse las moscas del aburrimiento y darle a la manija del ordenador, con factura energía endesiana controlada. Durante sus años de vida y ganancias, ha sido una cotizada de oro en el ranking de las contaminantes. En la carta a sus Majestades de Oriente, como la del peor de los infantes, sus consejeros y accionistas no pedían otra cosa que carbón a todo gas.
La Iber ha visto un rayo de luz a la plancha, para plantar paneles solares, en las praderas de jaramagos o las láminas de agua de los pantanos, con su plan anticontaminante de la SENDA VERDE, pregonados hasta por las cotorras inmigrantes. El plan de poner una isla de paneles flotantes en el pantano de Xareu, Brasil, no es para que el agua se caliente, dicho sea para los que le hierve el cacumen. La nueva vereda que ha cogido Galán y su tropa, que debiera tener como himno aquella histórica canción, entonada a pulmón vocinglero: “Por el camino verde, camino verde que va…”; en este caso la guía de los puntos suspensivos, no nos lleva a la ermita, como cantaría María Dolores Pradera, sino a la trincar de los fondos de la Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible, ¡Viva la Pepa!
En este mundo de Cantimpalos, marca histórica de chorizos segoviana, ni existen tarjetas rojas, ni VAR, ni severas expulsiones para los que han desairado nuestros bofes; lo importante para los bobos que pagamos sus cuentas, es que luzca el brillo del verde césped, con la luz artificial; venga por la Senda Verde o volando al impulso de las aspas eólicas de la empresa Saeta Field de Florentino.
Curro Flores
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