FÉLIX CAMBIO DE ERA
Amenizado por ajustar la paguita, con El Paciente Inglés de imágenes de fondo, con un Mañana que Nunca Muere, ajustando los muertos judíos de La Solución Final-Conspiracy y sin perder el argumento del film turco Operación Cicero. La gran sorpresa del primer día del 2023, me la dedicó una conversación de Félix de Azúa, en la revista El Cultural.
Paso de rosca sus confirmaciones sobre la muerte del socialismo, hasta el democrático de mis creencias utópicas; aunque al sesudo no le anden bien sus Ciudadanos, nos promete su resurgimiento hasta en el Sur de Juan Marín y sus palmeros. No descubre el agua potable, al decir que –“los nacionalistas rehúyen el razonamiento, sabiendo que lo suyo es una religión”; amén de inmersos en la pasión fronteriza: desde que los Willians son apellidos vascos de los leones de San Mamés y el “pan con tomaca”, tiene mejor sabor en Jabugo, con mollete aceitado en Antequera y tomate murciano, el único argumento posible que tienen es crear una selección de fútbol aborigen con inmigrantes ricos.
Don Félix, de un sin cesar pensante, me llevó a la cocola un laberinto, con su premonición para refugiarse en la lista de espera del diván; según augura, estamos viviendo desde los 70 del pasado siglo, un cambio de ERA, es decir, que las épocas históricas se empequeñecen, ante la gran ola de la tercera “gran movida” de la Humanidad.
La primera fue el paso del paleolítico al neolítico, para los especialistas en Prehistoria forense; la segunda la del paganismo al cristianismo, para sacarla en procesión; de la tercera, en la que como primitivos estamos inmersos, el nombre distintivo se lo darán humanos sucesores, si es que quedan.
Por lo visto, vivimos sometidos a velocidades de cambio vertiginosas, aunque los titulares nos agiganten lo mismo de siempre. Miré la lista de felicitaciones de wasap, ya no se ponen tarjetones debajo del árbol; descabalgué a Don Quijote de la biblioteca; puse el retrato de Einstein del revés, con su lengua pegada en la pared; pensé que el chino, siempre abierto, tenía las figuras del nacimiento apelotonadas, y junto al pesebre, había un Cristo con la cruz acuestas y un crucificado de plástico churrete.
Mis sueños estaban agotados, pero al amanecer ando buscando indicios y aventuras de la tercera Era. ¡Muchas felicidades!, por un lunes con el Súper cerrado, hay que comerse los restos de la Noche Vieja.
Curro Flores
No hay comentarios:
Publicar un comentario