A SALVARNOS TOCAN

 

A SALVARNOS TOCAN

Hace tiempo titulaba, La Corona en el kit de la Transición. El viaje relampagueante de Juan Carlos I, ha generado incomodidades, hasta su rauda vuelta al EMIRITAJE. Algunos yetazos le esperan a los notibombas, hasta que se organice, mejor tarde, la difícil Ceremonia de Estado.

Nuestro Rey, democracia primero, está más que amortizado; nuestro modelo de años de convivencia multicolor también. El discurso que le comprometió a Juan Carlos, con nuestro porvenir, a rememorar siempre. El reencuentro de todos con los Pactos de la Moncloa y la Constitución, manjar para la historia de España. Unos pocos trienios de entusiasmo y acción, castigados por los incesantes crímenes de ETA, aunque todo parecía encajado y articulado, antes de la gran cristalización de aquellos años con: La EXPO92, las Olimpiadas de Barcelona del 92, y el Madrid Cultural del 92. Hasta se resolvió, en el intermedio, la intentona golpista de los nostálgicos chapuceros del franquismo, con un a las órdenes su Majestad. Europeos y otaneros, he escamoteado los factores geopolíticos que nos ayudaron.

Antes de nuestra renombradía mundial, ya empezaron a asomar las patitas de los lobos, que cuestionaban las bondades de la Época encantada. Cayó el general Galindo, a la cárcel Roldán, criminalización de las cuentas de los partidos, vertebradores incólumes de nuestra democracia; y etceterear, hasta hoy sin ETA,  y también, sin puyolismo, un pacto-puente roto.

Dos crisis mundiales nos contemplan, en un siglo XXI renqueante  que transmite desasosiego. El comunismo y el gran capitalismo de estado lo lleva Xi Manchú, los demás a atacarnos y defendernos atrincherados ante el devenir. A España le han renacido los invertebrables,  junto a los extremos con chupete, trastocan el tablero político, más, con el primer gobierno censurado; los baronajes han pasado de peones a comodines, los vientos de los exEtas, aparecen cuando votan con Sánchez, no cuando coinciden votando con el PP y VOX.

Nuestro desajuste sigue ganando noticias, ni el Madrid es lo que era,  atractivo refugio de emigrantes millonarios a patadas. En fin, perder la esperanza, repito siempre, decía don Jorge Guillén, es lo único reaccionario. Ya que Felipe VI ha tomado nota, ahora toca ponernos de acuerdo a los divergentes de oficio. El temporal es de salvavidas gigantes, por lo que es recomendable no hacernos ahogadillas los unos frente a  los otros provocando la tormenta perfecta. Recuperemos el viejo cuaderno de bitácoras de la Transición, aunque para muchos resulte ilusorio.

Curro Flores