LA PAZ DE FRANCISCO
El Papa Francisco, armó el bochinche con su declaración:-“…el enfado de Putin fue facilitado por los ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia”. Al principio pensaron que era uno más de los fakes que circulan, pero se oficializó. Sea por eso, más los gajos exprimidos de la revolución naranja de Soros, son injustificables dos meses y medio de guerra e invasión.
El Pontífice pacifista de los del Poverello de Asís, ha gambeteado como buen argentino en el potrero geopolítico pateando la parroquia. Desde el Vaticano II, podemos leer en el inicio de sus textos, el mensaje radiofónico de Juan XXIII: “Ante todo lo que se refiere a la paz entre los pueblos. No hay nadie en absoluto que no deteste la guerra; nadie, por el contrario, que no ansíe la paz. Pero sobre todo, la paz es deseada por la Iglesia, puesto que es madre de todos…”. Esa maternidad viene de perilla por el sucesor de Pio XII, ya que a éste le llovió la literatura adversa, cristalizada en el libro de John Cornwell, “EL PAPA DE HITLER”; al Archivo Apostólico del Vaticano le incumbe desnazificarlo.
La Iglesia, mucho antes, de que Teodosio I el Grande, emperador romano-andaluz, impusiera en el Imperio el credo niceno como ortodoxia del cristianismo, se ha desenvuelto para su establecimiento arrastrando más espadazos que copones, como se pueden leer en los diez tomos de Karl Deshner, “LA HISTORIA CRIMINAL DEL CRISTIANISMO”, nosotros hasta hace poco, en términos históricos, vivimos el nacional-catolicismo nacido del Golpe del 36.
La paz se merece también un esfuerzo de Francisco, para convencer al Patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, contra su apoyo a la invasión de Ucrania, dificilísima tarea; ya que el Pope jefe, ostenta la savia de la larga historia de las inacabables dictaduras, que han oprimido a Rusia desde su constitución en el Zarato.
Con la cruz acuestas del belicismo actuante y de siempre, la verdad es que para luchar por la paz: se puede ser creyente, incrédulo del todo, agnóstico o defender como Sartre el paganismo. Estamos absortos e invadidos por las mentiras de la Guerra, no hagamos una quimera lograr una paz verdadera marcada en las creencias.
Curro Flores
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