miércoles, 18 de mayo de 2022

GAZPACHO ANDALUZ

 

GAZPACHO ANDALUZ

Hasta que no llegó el tomate de las américas, nuestra sopa fría era de pepino, cosas de Al-Ándalus, ahora refrescamos el guacamole axárquico para apurar el último trago del pantano de la Viñuela.

Estaba de espera en el Hospital Regional de Málaga, para dejar un chorrito de sangre: contra Brexit y marea, en la mesita de recepción, con un inglés depurado en la Costa Nostra, un enfermero atendía a varios hijos de las Aisladas; seguro consiguieron los servicios del SAS, tras los esfuerzos diplomáticos del embajador británico ante nuestras serviles autoridades, pero qué se puede hacer, con los propietarios sin escrituras, de los casoplones ilegales erigidos nuestra soleada campiña, todos al borde de un infarto por salvar sus homes.

El preoperatorio en la ONU, me dio para tener como propias las enfermedades inmigradas. Terminado, antes de fundirme en el coche, con todo el calorío, mis equipos preferidos, en la cancha del parque por el que tanto luchó el paisanaje con el Ayuntamiento, en Corregidor José Viciana: por un lado los moros, enfrente los de centro de África, brahines y eto-óes del futuro, que gambeteo al ajillo a 35º a la sombra.

Gran olvido, antes de poner la música de mi Orquesta a toda marcha, la que hicimos con una mayoría de excelentes atriles procedentes de la desaparición de la antigua URSS, ya malagueños de adopción. Olvido, porque la espera del electro era de aúpa, para abrir la prensa y charlar con algún 29barra en malaguita.

Las noticias eran de todo padecer España y la guerra, pero había una sobre el censo de Olona,  el impugnable, porque ella vive sin vivir aquí, la cosa es que  nos debe importar un bledo, si aquí es bienvenido hasta míster Marshall, y los extras de Fu Manchú, por 50 euritos doblados en el pasaporte, la propi era para aquellos beneméritos aduaneros depurados en el Aeropuerto Picasso, welcome home.

Lo que verdaderamente nos debe interesar es poner un cordón sanitario, para que no tengan asiento las políticas que la perturbadora Olona preconiza. Si está inscrita, en si te vi no me acuerdo, por Salobreña, para que no se olvide, puede probar como alicantina una fideua en el restaurante El Peñón, preparado  por su infatigable y excelente cocinera, La Chica, que seguro encuentra el embrujo de Graná con aromas amoditas.

El Himno con letra, dice que somos Patria de la Humanidad, de hecho en nuestro Colegio en la Plaza de la Constitución, es la Torre de Babel. Antes que se me olvide el encargo de mi difunta madre, que recordaba que a Fernando, mi amigo  de la infancia, cirujano cardiovascular, le gustaba beber a chorro en un botijo fresquito, así que las lenguas me han dicho que no dé más vuelta por las tiendas de alfarería y cerámica tradicionales, que en los maxi chinos puedo encontrar de tó, hasta un porrón de barro. Vaya gazpacho andaluz, Campaña de calor hirviente en cincuenta idiomas, sin entendernos en el propio.

Curro Flores

 

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